Células del paciente y agarosa, un derivado de un alga marina. Esos son dos de los ingredientes de la piel fabricada por los servicios sanitarios andaluces para poder realizar un trasplante en España a un paciente considerado gran quemado. La intervención ha permitido acelerar la regeneración de la piel y contribuir a la supervivencia de la paciente, una joven que tenía el 70% de la superficie corporal quemada. Un mes después de la intervención, la piel injertada realiza sus funciones con total normalidad y la paciente ya tiene buena funcionalidad de sus extremidades.

La fabricación de la piel artificial ha seguido los estándares europeos de fabricación de medicamentos. El proceso de creación ha sido arduo, y se ha iniciado a partir de dos láminas de piel de 4 centímetros cuadrados cada una. H