Las elevadas temperaturas avivaron ayer los incendios forestales que arden en el sureste de Australia, donde un bombero falleció en un accidente y se han cancelado los espectáculos pirotécnicos de Fin de Año en varias ciudades, incluida la capital, Canberra.

Un bombero voluntario falleció ayer cuando participaba en las tareas de extinción en el estado de Nueva Gales del Sur, lo que eleva a un total de 10 las víctimas mortales de los incendios que comenzaron el pasado agosto.

«Se cree que el vehículo volcó debido a vientos extremadamente fuertes», indicó el servicio de bomberos de Nueva Gales del Sur en su cuenta de Twitter.

Hay más de cien incendios activos, la mitad de ellos sin control, en varios estados, principalmente en Nueva Gales del Sur, aunque también en Victoria, Australia del Sur y Queensland. Las alertas han aumentado en Victoria, donde una treintena de incendios amenazan diferentes ciudades, algunas muy cercanas al área metropolitana de Melbourne.

Las autoridades han alertado de que las elevadas temperaturas, que superan los 40 grados en algunos puntos, y los fuertes vientos pueden empeorar la situación del fuego que también amenaza a especies en riesgo de extinción como el koala.

Canberra y otras ciudades han cancelado los fuegos artificiales de Fin de Año, en tanto que Sidney ha decidido mantenerlos.