La decisión del Ministerio de Sanidad de confiscar todo el material sanitario disponible y centralizarlo ha provocado las primeras tensiones entre administraciones. Andalucía ha remitido una carta al Ejecutivo central reprochando que el pasado fin de semana la Guardia Civil se hizo cargo de una partida de 150.000 mascarillas de la fábrica de Jaén que habitualmente le provee de este material y las trasladase de inmediato a un hospital de Madrid. Una situación que, alega la Junta, dejó a los hospitales andaluces en “riesgo” de quedar sin material necesario para garantizar la salud de sanitarios y pacientes, según expuso en una carta remitida al ministro de Salud, Salvador Illa. El gobierno central ya ha asegurado que se van a repartir más de un millón de unidades de este material de protección entre todas las comunidades.

La carta expresando el malestar de la administración andaluza fue remitida el martes por la mañana. La propia Guardia Civil informó el fin de semana de que había intervenido todas las existencias de la fábrica Diseños NT de Alcalá la Real (Jaén), cumpliendo la orden de decomisar todos los productos sanitarios disponibles en las empresas de material sanitario para su uso en hospitales y centros médicos. En total, 150.000 unidades de mascarillas preparadas ya para el Servicio Andaluz de Salud (SAS). La mercancía, no obstante, fue derivada hacia Madrid y entregada en varios hospitales de la capital, donde se concentra el principal foco de la enfermedad estos días.

"Sin existencias para el resto de la semana"

La situación se repitió en otros escenarios, ya que, según resaltó el consejero andaluz de Salud, Jesús Aguirre (PP) en la misiva, otros proveedores les informaron que ya habían sido contactados desde el Gobierno central para derivar su producción a Madrid, “incluidos pedidos que teníamos en curso”, lo que deja a la sanidad andaluza sin margen de maniobra. “A pesar de una gestión de compra con previsión adecuada a nuestra proyección de consumo ante la actual contingencia, su adecuada distribución y administración de stocks, en este momento apenas tenemos existencias para el resto de la semana y comenzamos a sufrir las consecuencias de dicha escasez”, reprocha el responsable andaluz de salud, que subraya que “por tanto, la seguridad de los pacientes como la de los profesionales se está poniendo en riesgo”.

Según las estimaciones autonómicas, el Servicio Andaluz de Salud necesita semanalmente unas 300.000 unidades, entre mascarillas quirúrgicas (250.000), de protección FFP2 (30.000) y FFP3 (20.000). Sólo la fábrica de Alcalá la Real suministraba esas 200.000 unidades a la semana, de ahí el malestar de la Junta, que reclama al Ministerio de Sanidad que, “desde la responsabilidad asumida por el Gobierno de España”, se garantice “de manera inmediata” a los andaluces el “suministro suficiente” para atender unas necesidades que estaban “perfectamente programadas”, reprocha.

Un millón de mascarillas para las CC.AA

Con el decreto de Estado de Alarma, es el Gobierno central, y el Ministerio de Sanidad, quien centraliza la toma de decisiones para luchar contra el coronavirus. Así, el fin de semana ordenaron que todo el material de protección quedase a su disposición para ser ellos quienes, posteriormente, decidieran a donde se derivan esos lotes, sin importar que ya estuvieran comprometidos para otras administraciones. Este mismo martes se anunció el inicio del reparto entre las comunidades autónomas de más de un millón de mascarillas quirúrgicas, muchas de ellas procedentes del material donado por China. El grueso de ellas recalarán en Madrid, al ser la región con mayor número de positivos. Fuentes del Ejecutivo explicaron que a Andalucía le corresponden 92.775 mascarillas, de las que 30.705 salieron este mismo el lunes hacia la comunidad autónoma.

La fábrica de Alcalá la Real trabaja a destajo en las últimas semanas, y tras entrar en vigor el decreto del Estado de Alarma y ser contactados para informar de su stock, se ofreció a colaborar de inmediato con las autoridades, entregando las 80.000 unidades que fabrican a diario. La intervención de la Guardia Civil el fin de semana provocó además cierto malestar entre sus trabajadores, dado que en el comunicado lanzado por el Instituto Armado se utilizaron términos que inducían a pensar en que tenían material almacenado para especular, lo que generó no pocas críticas en redes sociales, cuando la propia empresa se mostró disponible a colaborar desde el primer momento y cumplir así con el decreto.