La astronauta de la NASA Christina Koch ha regresado a la Tierra tras batir el récord de permanencia de una mujer en el espacio: 328 días (casi 11 meses) ha estado la estadounidense en una misión de la Estación Espacial Internacional. La nave en la que viajaba, la rusa Soyuz MS-13, ha aterrizado este jueves sin contratiempos en la estepa de Kazajistán, según las imágenes difundidas en directo por la agencia espacial de Rusia, Roscosmos.

Además de Koch, a bordo de la cápsula de descenso también estaban el cosmonauta ruso Alexandr Skvortsov y el astronauta italiano de la Agencia Espacial Europea (ESA) Luca Parmitano.

Christina Koch ya hizo historia el pasado octubre cuando junto a Jessica Meir se convirtieron en las primeras mujeres en hacer un paseo espacial 100% femenino. Fue para realizar unas reparaciones en una unidad de carga y descarga de baterías de la EEI. Fue la la cuarta vez para Koch, decimocuarta mujer que ha participado en paseos espaciales; la primera para Meir. Y a más de 400 kilómetros de la Tierra, flotando sin un hombre al lado, las dos entraron en los anales de la historia de la investigación espacial.

Ahora, Koch se ha apuntado otro tanto convirtiéndose en la mujer que ha pasado más tiempo en el espacio. Hasta ahora el récord lo tenía la también estadounidense Peggy Whitson, con 288 días.

EL EFECTO DEL ESPACIO EN LA SALUD FEMENINA

La NASA ha subrayado que el trabajo de Koch en esta misión aportará a los investigadores información crucial sobre cómo la gravedad y las radiaciones del espacio afectan al cuerpo femenino en misiones de larga duración.

Hasta ahora los estudios se basaban principalmente en la experiencia de Scott Kelly, que pasó 340 días seguidos en el espacio. La NASA comparó el estado de salud de Kelly con el de su gemelo. Se demostró que viajes espaciales de larga duración tienen efectos en la salud masculina como el ensanchamiento de la arteria carótida o de la retina, cambios en la expresión genética y reducción de las capacidades cognitivas.