No paran. Ni de día ni de noche. El grupo “Antivelutina Pravia” de Asturias trabaja de manera altruista a diario para tratar de acabar con la invasión en el municipio de la avispa asiática, también conocida como “Vespa velutina”. Empezaron el pasado mes de febrero con trampeos y con la retirada de nidos hasta llegar, a día de hoy, a un total de 420. “Hay muchísimos y es difícil acabar con ellos, pero esperamos que los trampeos y las retiradas de nidos nos sirvan para notar resultados el año que viene”, comenta Emilio Fernández, uno de los voluntarios.

El grupo se creó con el asesoramiento del colectivo ya creado en el vecino municipio de Salas y cuenta ya con 60 miembros coordinados por la edil Sonia Álvarez. Empezaron haciendo las trampas para capturar reinas y colocándolas por todos los pueblos del municipio. En cada núcleo tienen un delegado. En marzo, en pleno inicio de la pandemia del covid-19, tuvieron que salir. Comenzaron a retirar los nidos que llaman primarios, aquellos que están en el suelo o en aleros de edificios. Pero pronto comenzaron a aparecer nidos en los árboles y otras zonas de difícil acceso.

Es en lo que están más centrados desde finales de primavera. Y para poder eliminar los nidos de los árboles cuentan con tres tiradores que emplean carabinas de aire comprimido con perdigones que van llenos de veneno. Son propiedad del grupo y se ceden a los voluntarios encargados de disparar, que tienen permiso de armas. Son Emilio Fernández, David Sierra y Pilar González, quien es también tiradora de arco deportiva. Ayer mismo se afanaron en retirar un nido en una zona arbolada de Santianes de Pravia. Y dieron en la diana: “Esperemos que sí, tenemos que hacerle un seguimiento para comprobarlo”, detalló González.

Y para que la eliminación del nido se dé con seguridad es necesario, al menos, dos voluntarios. Uno para disparar y otro como ojeador para encontrar los nidos y observar el comportamiento de las avispas. “Tenemos que cubrirnos las espaldas, es importante ir acompañado porque puedes tener un problema con ellas porque te atacan y, también, por el uso de los sprays porque puedes desvanecerte”, explica Fernández. En casos de mucha cercanía con el nido utilizan unos trajes especiales “porque estás cuerpo a cuerpo, cara a cara con ellas”, detalla. Y también actúan de noche.

De ahí que el grupo esté a punto de estrenar equipación. Todo para distinguirles cuando llegan a una zona habitada y así evitar que los vecinos puedan asustarse. “Te ven con el arma y tienen llamado hasta a la Guardia Civil”, comenta entre risas González. Pero no es tan frecuente. Los voluntarios aseguran que la gente es el principal valor de su eficacia. Las llamadas o mensajes en sus redes sociales para alertar de la presencia de nidos son cada vez más comunes, pero precisan de más colaboración.

“Esto es un problema de salud pública y la gente no es consciente de la gravedad del problema, va a más y avanza silenciosamente”, señala José Manuel García, otro de los voluntarios. En su caso, comenzó a implicarse en el grupo cuando halló avispas en su casa y fue consciente del problema, dice. También muchos de los miembros de “Antivelutina Pravia” se iniciaron en la caza del insecto por su efecto sobre las poblaciones de abejas. “La velutina está acabando con algo que es prioritario para la vida, las abejas, pero es que va a peligrar la gente también; ya están atacando, ya hay muertos, y hay que hacer algo”, resume Emilio Fernández. A tenor de la implicación de los voluntarios, la velutina se enfrenta a un duro “ejército” en Pravia.