Un total de 815 refugiados norcoreanos llegaron a Corea del Sur entre enero y julio, informó hoy el Gobierno de Seúl, dato que supone un aumento del 15,6 por ciento respecto al mismo período de 2015 y da un giro a la tendencia a la baja de las deserciones en los últimos años.

De continuar esta tendencia el número de desertores llegados del país vecino superaría los 1.400 este año, en comparación a los 1.276 que encontraron asilo en Corea del Sur el año pasado.

El Ministerio de Unificación de Seúl, que publicó los datos, no ha ofrecido más detalles, aunque ha planteado la hipótesis de que quizá un número mayor de norcoreanos que estaban escondidos en terceros países hayan decidido dar el paso final hacia el Sur, indicó una funcionaria.

Los escapados norcoreanos sufren la persecución de las autoridades de China, aunque esta situación podría haberse relajado un poco desde hace meses, según expertos, lo que habría contribuido al aumento de las deserciones. De hecho, en abril un grupo de 13 trabajadores norcoreanos de un restaurante en China escaparon de manera sorprendente a Corea del Sur con los papeles en regla y sin resistencia de las autoridades.

En todo caso, el aumento del número de desertores en los primeros siete meses del año es significativo teniendo en cuenta que desde la llegada de Kim Jong-un al poder a finales de 2011 la cifra había bajado casi todos los años.

Algunos expertos en Corea del Sur también han destacado que recientemente han aumentado las deserciones de ciudadanos de estatus medio y alto en la sociedad norcoreana, si bien la mayoría de los refugiados sigue siendo gente con bajos recursos que pasa dificultades y busca una vida mejor.

Unos 29.000 norcoreanos, la mayoría mujeres, han encontrado refugio en Corea del Sur tras escapar de su país desde el armisticio de la Guerra de Corea (1950-53) que confirmó la división en dos de la península. En Corea del Sur este colectivo recibe ayudas del Gobierno para integrarse, aunque también sufre una fuerte discriminación social.