En medio de la nueva intervención quirúrgica de Jair Bolsonaro los brasileños conocieron números públicos sobre el alcance de los desastres ambientales que se han profundizado desde la llegada del Gobierno de ultraderecha. La Amazonia perdió en agosto pasado 1.698 kilómetros cuadrados de su cobertura vegetal, un área 222 % superior a la contabilizada el mismo mes de 2018 (526 kilómetros cuadrados). LOs datos divulgados por el estatal Instituto Nacional de Pesquisas Espaciales (INPE) han provocado malestar entre las autoridades.

En julio de este año la superficie de bosque destruida en la Amazonía se había situado en 2.254,8 kilómetros cuadrados, con un crecimiento del 278 % frente a la perdida en similar período del año pasado (596,6 kilómetros cuadrados). Si se suman los ocho primeros meses de 2019 se llega a una pérdida de 6.404,8 kilómetros cuadrados. Se trata de una superficie un 92 % superior a la registrada entre enero y agosto del año pasado (3.336,7 kilómetros cuadrados).

El INPE utiliza imágenes de satélite para ofrecer alertas anticipadas sobre las áreas que están siendo deforestadas en la Amazonía. Bolsonaro obligó a su director, Ricardo Galvão, a dimitir semanas atras. El mandatario consideró en medio de los devastadores incendios que podría estar "al servicio de alguna oenegé". El jefe de Estado exigió a su vez que el INPE cambie sus métodos de medición. Galvão respondió lo que es un credo compartido por la comunidad de investigadores brasileños: el capitán retirado no cree en la ciencia.

La nueva divulgación del INPE coincide con las fuertes críticas internas y externas a la política ambiental del Gobierno. "Quien está incendiando el Amazonas son los milicianos de Bolsonaro", dijo desde la prisión de Curitiba el expresidente Luiz Inacio Lula da Silva a la revista Carta Capital.

El ministro del área, el conservador Ricardo Salles, aseguró este fin de semana que Brasil es un "ejemplo de sustentabilidad" y que el desarrollo económico de la Amazonia es la mejor manera de defenderla. El Instituto de Investigación Ambiental de la Amazonia, una oenegé científica que ha estado operando en la región desde 1995 divulgó otros números refutadores: de enero a agosto de este año la mitad menos protegida del bioma registró el 81% de los incendios identificados por los satélites. Ipam descubrió además que el 33% de los brotes de incendios ocurrieron en propiedades rurales privadas, que en extensión territorial representan el 18% del bioma. Otro 20% de los puntos de incendio se encuentran en bosques .

Boicot comercial

El agravamiento de la deforestación ha llevado a algunas empresas a boicotear productos brasileños o a amenazar con la suspensión de sus importaciones desde Brasil, y a países como Francia e Irlanda a condicionar su apoyo a la ratificación del acuerdo de libre comercio entre el Mercosur y la Unión Europea a que Bolsonaro respete los compromisos ambientales que Brasil asumió en el Acuerdo de París.

Debido a la aceleración de la devastación, los gobiernos de Alemania y Noruega suspendieron sus aportaciones al Fondo Amazonía, de carácter internacional y que Brasil utiliza para financiar proyectos de desarrollo sostenible en la región.

Al calor de los incendios se han deteriorado como nunca las relaciones entre Brasil y Francias. El ministro de Relaciones Exteriores francés, Jean-Yves Le Drian se refirió a las palabras despectivas lanzadas contra la Primera Dama Brigitte Macron. "Las relaciones internacionales no se manejan organizando concursos de insultos. Y eso es lo que está sucediendo", dijo. Le Drian aseguró que la forma en que ella fue tratada es "indigna para la señora Macron, Francia y las mujeres, comenzando por las brasileñas, que protestaron contra este tipo. declaración".