El Gobierno puso ayer a la orden de las consejerías de Sanidad autonómicas las instalaciones sanitarias privadas y les permitirá que habiliten para el uso sanitario espacios públicos y privados que reúnan las condiciones necesarias para atender la crisis sanitaria del coronavirus.

Son medidas que avanzaron en una rueda de prensa telemática desde el Palacio de la Moncloa el ministro de Sanidad, Salvador Illa, y los titulares de Defensa, Margarita Robles; Interior, Fernando Grande-Marlaska; y Transportes, José Luis Ábalos.

Entre las de tipo sanitario, las consejerías de Sanidad podrán usar nuevos espacios públicos y privados tanto para consulta como hospitalización y tendrán más facilidades para prorrogar o realizar contratos. Además, los agentes privados tendrán un plazo «improrrogable» de 48 horas para comunicar sus stock de productos sanitarios de interés o si cuentan con capacidad de fabricación de los mismos. Además, el Gobierno trabaja en un nuevo procedimiento y un nuevo método para aumentar la capacidad logística para practicar más pruebas de test de coronavirus tras haberse realizado ya más de 30.000 pruebas a posibles afectados de coronavirus.

En el transporte, Ábalos ha avanzado que se reducirá en un 50% la oferta total de servicios de transporte público de viajeros por carretera, ferroviarios, aéreos y marítimos de competencia estatal, salvo en conexiones ferroviarias de cercanías, en el que se realizará un incremento.

Defensa, por su parte, puso a disposición de Sanidad todos los medios de los hospitales militares Gómez Ulla en Madrid y el de Zaragoza, y además llamó a los médicos en reserva para que colaboren en frenar la pandemia.

En la comparecencia, el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, subrayó la práctica ausencia de incidentes reseñables en el primer día del estado de alerta por la pandemia y ha resaltado el civismo de los ciudadanos.