Si como dice el tópico toda crisis es una oportunidad, la banca está dejando claro que no quiere que esta se le escape. Las entidades financieras se han lanzado en las últimas semanas a presentar decenas de medidas para paliar los devastadores impactos del coronavirus con el objetivo de no repetir los errores de la Gran Recesión que hundieron su reputación a partir del 2008. La iniciativa tiene una triple dimensión: demostrar su responsabilidad y utilidad social en un momento dramático, evitar que su negocio se hunda y la morosidad se dispare por los problemas de sus clientes, y tratar de mejorar su maltrecha imagen.

«Es ahora o nunca. Todos nos hemos dado cuenta de que es la oportunidad de recuperar nuestra reputación. En la crisis anterior nos quedamos atrás y llegamos tarde a todo, como con los desahucios. Además, o nos ponemos del lado de nuestros clientes, empresas y familias, o nos quedamos sin negocio. Si no les ayudamos, nos hundimos todos», resumen en una de las principales entidades del país. «Todo el mundo en el banco se ha pasado las últimas semanas dándole vueltas a qué medidas se podían tomar», añaden en otra de las grandes instituciones financieras.

UNANIMIDAD / Los grandes banqueros lo han dejado claro en sus mensajes. «Esta crisis no es una crisis financiera como la del 2008. Hoy, los bancos somos parte de la solución. Somos mucho más fuertes y estamos preparados para afrontar desafíos globales», resumió Ana Botín, presidenta del Santander. «Entonces los bancos españoles ni tenían liquidez, ni tenían capital y, por tanto, no podían financiar a la economía, ni a las familias, ni a las empresas. Es más, algunas entidades tuvieron que ser rescatadas y Bankia es un ejemplo paradigmático. Hoy, gracias al trabajo de estos años, el sector no es el problema, sino que forma parte de la solución», ha abundado José Ignacio Goirigolzarri, de Bankia.

«Los bancos afrontamos este nuevo reto con una solvencia muy diferente de la que teníamos en 2008 y con liquidez suficiente. Seremos, pues, fundamentales para poder ejercer el necesario ejercicio de análisis y determinación de las formas mediante las que las diferentes empresas o familias puedan pasar este bache», ha coincidido Josep Oliú, del Sabadell.

«Nuestra misión es contribuir a que esta crisis sanitaria no se convierta en una crisis económica profunda», han abundado Jordi Gual y Gonzalo Gortázar, de CaixaBank. «Podemos y debemos hacer todo lo que está en nuestra mano, que es mucho, para ayudar a superar el problema, y sin duda lo superaremos», ha concluido Carlos Torres, del BBVA.

La batería de medidas adoptadas, individualmente o de forma colectiva, incluye líneas de créditos preconcedidos (más de 70.000 millones de euros solo de las grandes entidades); compras de material sanitario para el sector público, apoyos a la investigación y ayudas a población vulnerable; anticipos en el pago de pensiones y prestaciones del paro; aplazamientos de cuotas de algunos créditos o en el alquiler de los inmuebles de su propiedad incluidos en el Fondo Social de Vivienda; créditos puente para empresas a la espera de los avales públicos; y apoyos a sus proveedores. Además, ultiman ampliar la moratoria hipotecaria del Gobierno a nuevos colectivos, como adelantó este diario.

Las autoridades están animando y apoyando esta reacción. «Gran parte de la respuesta (a la crisis) depende también del sistema financiero, que debe contribuir decisivamente para que el inevitable parón económico no arrastre a compañías y a pequeños negocios», les ha instado la subgobernadora del Banco de España, Margarita Delgado; mientras que María Jesús Montero, ministra de Hacienda del Gobierno central, ha alabado la «respuesta de las entidades financieras de nuestro país, que se han mostrado en todo momento dispuestas a colaborar».