Nuevo paso del Banco de España, tras convertirse en las últimas semanas en una de las instituciones públicas del continente más activas en reclamar una «actuación más decidida» por parte de la Unión Europea ante el coronavirus. El organismo gobernado por Pablo Hernández de Cos exigió ayer el despliegue de «instrumentos de cobertura económica y social mancomunados, como puede ser un fondo de desempleo europeo», una demanda también formulada por el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.

El gobernador ha multiplicado sus intervenciones públicas para advertir de la alarmante necesidad de que los países comunitarios olviden sus tradicionales discrepancias y actúen de forma rápida y contundente. Tras algún primer roce con una inicialmente renuente vicepresidenta económica, Nadia Calviño, sobre las medidas a adoptar, su posición está alineada con la del Gobierno, en estos momentos en que Sánchez y otros ochos presidentes nacionales han reclamado a la UE más medidas.

En su informe trimestral sobre la economía española, el Banco de España insistió ayer en que, de carecer del «respaldo» de la Unión Europea, la efectividad de las medidas nacionales «podría verse limitada en aquellos países que disponen de menor margen presupuestario». En resumen y alto y claro: «La magnitud del desafío requiere que las autoridades comunitarias también contribuyan decididamente».

Así, volvió a pedir la movilización del Mecanismo Europeo de Estabilidad Financiera, con sus 500.000 millones de euros de capacidad de actuación, así como compartir riesgos presupuestarios, en referencia a los eurobonos o coronabonos. El Eurogrupo, precisamente, no logró ayer alcanzar ningún acuerdo al respecto y lo ha dejado en manos de los líderes nacionales, que tienen previsto reunirse hoy.

INCERTIDUMBRE / Prueba de lo excepcional de la situación es que el informe no incluye por primera vez sus periódicas previsiones sobre la evolución de la economía española. La institución argumentó que es imposible calcularlas «con un mínimo de rigor» debido al «extraordinario grado de incertidumbre actual» y recordó que lo mismo han hecho el Banco Central de Francia y la Reserva Federal estadounidense. Subrayó que la pandemia ha hecho «descarrilar de modo abrupto en apenas un mes» la economía mundial y que las necesarias medidas de contención adoptadas tendrán un «impacto severo» en la actividad y el empleo, por más que «debería tratarse de una perturbación de carácter fundamentalmente transitorio».

La Fundación de las Cajas de Ahorro (Funcas), precisamente, calculó ayer que la economía española puede caer el 3% este año (con un retroceso del 7,7% en el segundo trimestre frente al primero) y recuperarse el 2,8% en el 2021, pero solo si la situación sanitaria mejora a partir de mayo. El déficit, en ese caso y teniendo en cuenta las medidas de gasto ya adoptadas equivalentes a 1,6 puntos del PIB, subiría desde el 2,5% en que cerró el 2019 según sus cálculos hasta el 5,5% en el 2020 y al 4,1% en el 2021, y la deuda pública sumaría 10 puntos, hasta el 104% del producto interior bruto (PIB).