Ha sido volver con Pedro Almodóvar y moler. El malagueño Antonio Banderas, actor fetiche de Pedro Almodóvar hasta que inició la aventura estadounidense, ha ganado el premio al mejor actor del festival de Cannes por su papel en Dolor y gloria, película en la que interpreta a un álter ego del director manchego.

Al intérprete, que es uno de los actores españoles más conocidos, tanto dentro como fuera de las fronteras de su país natal, y uno de los más queridos también por su eterna amabilidad, le faltaba un gran reconocimiento profesional y por fin lo logró ayer en la 72 edición del certamen.

«Esto ya no me lo puede quitar nadie», afirmó conteniendo las lágrimas y la emoción después de recoger el galardón que le entregó la actriz china Zhang Ziyi.

Durante su discurso, Banderas se mostró generoso con Almodóvar, un director que le conoce bien y que sabe sacar lo mejor de él, que supo rebuscar «en esa maraña de cosas que supuestamente había aprendido» durante los 22 años que no habían trabajado juntos, hasta que se reencontraron en La piel que habito (2011).

POR SEXTA VEZ SIN GALARDÓN // Diferente suerte corrió el realizador de Ciudad Real, quien a la sexta tampoco le fue la vencida. Tras intentarlo con Todo sobre mi madre, Volver, Los abrazos rotos, La piel que habito y Julieta, Almodóvar volvió a quedarse sin la Palma de Oro. El icónico premio fue a parar a Parásito, filme del surcoreano Bong Joon-Ho, una salvaje sátira que refleja las desigualdades que hay entre ricos y pobres.