El pánico al coronavirus sigue mordiendo a los inversores. Como sucede en las últimas semanas, cualquier rebote puntual en medio del histórico derrumbe de los mercados es seguido inmediatamente por un desplome. Las medidas extraordinarias de Gobiernos y bancos centrales sirven en el mejor de los casos de placebo de un día de duración. Tras subir un 6,41% en la víspera gracias al plan de choque del Ejecutivo español, el Ibex 35 cayó ayer otro 3,44%, a los 6.274,8 puntos, y ya se hunde un 34,29% en lo que va de año.

«El creciente soporte de los Gobiernos europeos tampoco ha generado aún un giro considerable en la percepción de los mercados», apuntó Monex Europe. El nerviosismo hace que la volatilidad sea extrema: el índice estadounidense Standard & Poor’s 500 acumula siete sesiones con subidas y bajadas superiores al 4% por primera vez desde el crack de 1929. La mala apertura de Wall Street, con descensos superiores al 6%, aceleró los descensos mundiales. También bajaron las bolsas alemana (4,5%), francesa (6%), británica (3,8%) e italiana (1,2%), y el Eurostoxx 50 cayó el 5,72%.