Los Boy Scouts of America (BSA), una de las mayores organizaciones juveniles de Estados Unidos, se ha declarado en quiebra, según un documento judicial presentado este martes en el tribunal de bancarrotas del distrito del estado de Delaware.

La declaración de quiebra se produce en un momento en que la organización, que ha anunciado esta decisión en un comunicado, se enfrenta a cientos de demandas por abusos sexuales por parte de sus afiliados y a una reducción drástica del número de asociados. Los Scouts, que tienen 2,2 millones de miembros de entre 5 y 21 años, pretenden así garantizar la continudad de sus actividades y crear un fondo para indemnizaciones, según detalla el comunicado.

Al ser presentada esta declaración de bancarrota, quedan suspendidos todos los litigios civiles contra la organización que afectan a miles de presuntas víctimas de abusos.

Precisamente, BSA celebró el 110º aniversario de su constitución el pasado 8 de febrero y, al presentar sus cuentas, aseguró que contaba con un pasivo de entre 100 y 500 millones de dólares y sus activos no llegaban a los 50.000.

Décadas de abusos

Se calcula de desde los años 40 del siglo pasado, más de 7.800 personas relacionadas con la organización supuestamente abusaron de menores. El escándalo de abusos en los Boy Scouts salió a la luz pública en el 2012 cuando una investigación de 'Los Angeles Times' reveló que la organización ocultó durante más de 20 años informaciones que demostraban cientos de casos de pederastia. En los 1.600 expedientes a los que el diario estadounidense tuvo acceso -que cubrían el periodo entre 1970 y 1991- contas que los directivos de los Boys Scouts obligaron a los abusadores que detectaron entre sus filas a dimitir y después se encargaron de impedir que la información se hiciera pública, sin informar ni a la policía ni a los padres. Los documentos a los que el 'Times' tuvo acceso eran solo una pequeña parte de lo que se conoce como "los archivos de la perversión", una lista de abusadores que los Scouts usaban de forma interna desde 1919.

Los responsables de los Boy Scouts siempre han defendido que los "archivos de perversión" pretendían ayudar a identificar individuos no aptos para la organización. Sin embargo, en los archivos figuran casos en los que, tras su expulsión, se permitió de nuevo la entrada a la organización del supuesto pederasta, que reincidió en sus abusos a otros niños.