El uso de la braquiterapia en pacientes con cáncer de mama de buen pronóstico acorta de siete semanas a una la duración del tratamiento, lo que supone una gran mejora en la calidad de vida, y obtiene unos resultados similares que los que se logran con la radioterapia externa tradicional, es decir, una tasa de curación del 85%-90% al cabo de cinco años. Así lo confirma un estudio realizado con 1.184 mujeres en el que ha participado el Institut Català d’Oncologia (ICO) de L’Hospitalet de Llobregat. Un 15% de las pacientes con cáncer de mama pueden beneficiarse de este tipo de tratamiento, considera Ferran Guedea, jefe del Servicio de Oncología Radioterápica del mismo centro.

La braquiterapia consiste en la colocación de una fuente radiactiva-en este caso una fuente de iridio-192- dentro o en las proximidades del tumor para que la radiación que emite destruya las células malignas. Como gran mejora frente a la radioterapia externa, que envía sus rayos X desde fuera del cuerpo, este sistema solo afecta a una zona muy localizada alrededor de la fuente de radiación. En definitiva, es mucho más selectivo.

DIVERSOS TIPOS DE CÁNCER

El ICO-L’Hospitalet, equipado con un moderno quirófano radioprotegido, emplea la braquiterapia desde hace prácticamente dos décadas para el tratamiento de diversos tipos de cáncer, incluyendo también el de próstata y tumores ginecológicos. Se han hecho unos 15.000 tratamientos.

Las participantes en el nuevo estudio sobre la eficacia de la braquiterapia, publicado recientemente en la revista Lancet Oncology, procedían de siete países europeos y 16 centros hospitalarios. A todas ellas se les había realizado cirugía conservadora. Además del doctor Guedea, el trabajo en el ICO-L’Hospitalet estuvo encabezado por Cristina Gutiérrez, coordinadora de la Unidad de Braquiterapia del centro.

La braquiterapia no es por ahora la alternativa para todos los casos de cáncer de mama, sino que está indicada para el 10%-15% de las mujeres que cumplen «ciertos requisitos», puntualiza Guedea: tienen más de 50 años, el tumor es de riesgo bajo («cuando son operadas, se les extraen los ganglios centinelas y se cataloga el grupo de riesgo»), su tamaño es inferior a tres centímetros, la paciente no tiene ganglios afectados en la axila y los receptores hormonales del tumor son positivos.

De las 1.184 pacientes del estudio, 551 fueron tratadas diariamente con el sistema de radioterapia externa tradicional durante siete semanas y 633 lo hicieron con braquiterapia. A corto plazo, las pacientes que fueron tratados con braquiterapia «estuvieron expuestas menos tiempo a las radiaciones, tuvieron menos toxicidad cutánea y ganaron en calidad de vida», destaca el ICO en una nota informativa. «Además, al cabo de cinco años se pudo observar que no hay diferencias significativas en el número de recaídas utilizando un tratamiento u otro».

UNA SOLA INTERVENCIÓN

Esta técnica obliga a hacer una sola intervención, que puede coincidir con la extirpación del tumor. A la paciente se le coloca en el pecho untubo plástico que deberá llevar durante cinco días, el tiempo que dura el tratamiento. Las mujeres deben acudir al hospital dos veces diarias (mañana y tarde) de lunes a jueves, en sesiones que duran unos 10 minutos. «Luego se pueden ir a casa y hacer vida totalmente normal», comenta Guedea. Frente a las siete semanas de la radioterapia habitual, «esto es una gran mejora, especialmente para mujeres con problemas de movilidad o que han de venir de lejos», pone como ejemplo jefe del Servicio de Oncología Radioterápica.

Vistos los buenos resultados, Guedea considera que la braquiterapia podría convertirse en el tratamiento estándar para este tipo de tumor «en las mujeres que cumplan los requisitos citados.

Según los datos del Plan Director de Oncología, el cáncer de mama es el más frecuente en las mujeres en Catalunya. Se estiman unos 4.200 casos al año, lo que supone casi el 30% de todos los tumores en mujeres. También es la primera causa de muerte por cáncer, con unas 1.000 defunciones al año, el 17% de muertes por cáncer en mujeres.