La Comisión Europea suspendió ayer la aplicación del Pacto de Estabilidad y Crecimiento para permitir a los Estados miembros aumentar el gasto público «tanto como necesiten» para hacer frente al coronavirus. Se trata de la primera vez en la historia en que Bruselas activa la «cláusula general de escape» prevista en las reglas fiscales europeas para permitir a los Gobiernos saltarse de forma temporal sus obligaciones de reducción del déficit público ante circunstancias extraordinarias.

La medida tiene todavía que ser aprobada formalmente por los Estados miembros. La iniciativa permitirá a los países incumplir los esfuerzos fiscales exigidos y superar el límite del 3% de déficit y del 60% de deuda. Varios Gobiernos han anunciado ya ingentes planes de estímulo, como el español, para hacer frente a una epidemia que podría situar a la UE en recesión a final de año con una contracción del 1% del PIB.

La segunda gran medida económica adoptada por la Comisión Europea es la flexibilización de las reglas sobre ayudas de Estado para apoyar a los sectores y empresas más afectadas por el coronavirus. Concretamente, la decisión permitirá a los Gobiernos autorizar ayudas de hasta 500.000 euros en subvenciones directas. También se han autorizado las garantías de Estado para los préstamos bancarios a empresas, los créditos públicos a tipos de interés subsidiados y las subvenciones a la economía real a través de los bancos.

El Banco Central Europeo (BCE) también confirmó que suavizará el tratamiento contable de los activos morosos y exigirá menos provisiones para afrontar pérdidas con el objetivo de que los bancos de la zona euro puedan apoyar las garantías y moratorias aprobadas por los países. La medida afecta directa y positivamente a dos iniciativas aprobadas el martes por el Ejecutivo español: los avales públicos por valor de 100.000 millones de euros a créditos a empresas y el aplazamiento en el pago de hipotecas para colectivos vulnerables.

Por su parte, el gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, advirtió ayer, antes del anuncio de Bruselas, de que no basta con las medidas adoptadas en las últimas fechas por el BCE y los Gobiernos: «Una mayor ambición y coordinación de la respuesta a escala europea no es una opción; es una necesidad».

«La dimensión de la perturbación hace necesaria una mayor ambición de las políticas fiscales europeas comunes, a través de las herramientas existentes para tal fin -MEDE (Mecanismo Europeo de Estabilidad), BEI (Banco Europeo de Inversiones), presupuestos de la UE...- u otras nuevas que pudieran complementar a estas, por ejemplo, a través de un refuerzo de las herramientas comunes de compartición del riesgo presupuestario de los países individuales», advirtió Hernández Cos.