Un grupo de voluntarios de la oenegé Amor en Acció pel Món se encuentra en la región de Iffou, en Costa de Marfil, uno de los lugares más necesitados del planeta, donde la entidad social con sede en Burriana había decidido enviar a principios de este año dos contenedores con ayuda humanitaria de hospitales valencianos y donaciones de empresas de la provincia: material sanitario y de administración por valor de unos 300.000 euros. Desde que llegaron, los cooperantes, infatigables, no han parado de trabajar montando aparatos y muebles que aún guardaban en sus cajas y visitando enfermos.

Los cooperantes de la oenegé cuentan que los valores occidentales que hacen que prosperen las personas y genere abundancia no están arraigados en ese recóndito territorio marfileño. «Pienso en la suerte que tenemos de vivir en el llamado primer mundo, donde tenemos demasiado de todo y donde nuestra cultura tantas cosas buenas nos ha enseñado», relata Isidoro Solsona, tesorero de la organización.

Consulta multitudinaria

Los médicos y enfermeras estarán quince días en Iffou. Los voluntarios, que en un día normal pasan consulta a más de 200 personas en extremada situación de pobreza en una aldea, vuelven contentos y a la vez destrozados por dentro y por fuera. Las imágenes en sus cabezas y en su corazón de un niño de seis meses en coma por malaria cerebral en brazos de su madre, que no percibía su gravedad, no paran de sacudirles. Atienden también a la esposa de un maestro de escuela que vino ahogándose, moribunda, con un peso que no llega ni siquiera a los 30 kilos, toda su boca llagada y con úlceras por la inmunodepresion del VIH+. En esa región, la población de más de 35-40 años sufre grandes anemias por coger el paludismo unas cuatro o cinco veces al año por culpa de las picaduras de los mosquitos y enferman gravemente por no tener 2,5 euros, que es lo que vale un tratamiento curativo.

Anne-Marie Claessens, la traductora de la oenegé desplazada hasta Costa de Marfil, lamenta que la comunidad científica y los intereses de los grandes lobbies que manejan el mundo, no pongan todos los recursos para encontrar una vacuna efectiva. «Es normal, no interesa. Mueren los pobres, hay muchos», recrimina la cooperante.