A primera hora de la mañana de ayer, un dispositivo formado por más de 60 agentes de la Guardia Civil sobresaltaba a Almadén de la Plata (Sevilla) para detener a Manuel González González, más conocido como el loco del chándal, a raíz de las agresiones cometidas en Cataluña contra 16 mujeres, unas de las cuales falleció. Ahora le acusan, junto a su hermano, de intentar asesinar a dos ancianas, hermanas del alcalde que movilizó al pueblo sevillano en su contra cuando fue liberado tras la derogación de la doctrina Parot.

A su salida de prisión en 2013, González se refugió en su localidad natal, donde aún residía su madre, que siempre defendió su inocencia.

Los vecinos, sin embargo, no dudaron en expresar su temor: el reo carecía de informes que acreditasen su rehabilitación, y el municipio no tenía Policía Local.

La Guardia Civil le ha detenido en la vivienda familiar de Almadén y le acusa de dos asesinatos en grado de tentativa junto con su hermano José, considerado encubridor. A la espera de pasar a disposición judicial en las próximas horas, ambos permanecían anoche en los calabozos de San José de la Rinconada.