Las policías española y francesa han desarticulado una red internacional de traficantes de marihuana que tenía su base en la Costa Brava y han detenido a 18 personas en distintas localidades de Girona, Barcelona y Marsella. La banda disponía de cinco cultivos de marihuana en diferentes viviendas que posteriormente distribuían en Marsella y en la Costa Azul francesa.

A los responsables del grupo se les ha encontrado armas como un 'kalashnikov', dos pistolas, 1.800 cartuchos de diferente calibre y chalecos antibalas, con las que se aseguraban el control territorial de la venta de la droga.

Los agentes que han participado en los seis registros que se han llevado a cabo se han incautado de 1.900 plantas de cannabis, 1,3 kilos de cogollos y 36 kilos de marihuana, así como de 148.000 euros en metálico.

La operación la han desarrollado las policías española y francesa y 10 de las detenciones se han llevado a cabo en España, mientras que las otras ocho han tenido lugar en territorio francés.

La detención el pasado año por parte de agentes de la comisaría de Lloret de Mar de un narcotraficante nacido en Francia al que se le intervinieron 51 kilos de marihuana ha permitido, junto a otras informaciones obtenidas en diferentes dispositivos, confirmar la existencia de este grupo ahora desarticulado.

CINCO PLANTACIONES

A mediados de mayo pasado, los investigadores franceses detuvieron cerca de Marsella a tres integrantes de la banda que procedían de la Costa Brava y que transportaban 20 kilos de marihuana.

Esta actuación permitió averiguar que el grupo disponía de cinco plantaciones en Girona, Blanes, Lloret de Mar, Maçanet de la Selva y Tordera, donde cultivaba y manufacturaba la droga en unas instalaciones en las que tomaba la electricidad de forma fraudulenta para evitar que el elevado consumo despertase sospechas.

La producción se trasladaba íntegramente a Marsella, con un promedio de 50 kilos semanales, y, una vez en Francia, los miembros de la banda se encargaban de la distribución, pese a que mantenía una pugna territorial con otros traficantes.

La rivalidad con ese otro grupo de delincuentes les había llevado a conseguir las armas intervenidas.

Los detenidos, a los que se les imputan delitos de tráfico de droga, pertenencia a organización criminal, blanqueo de capitales y defraudación de fluido eléctrico, fueron puestos a disposición judicial y uno de ellos ha ingresado en prisión, mientras que el resto ha quedado en libertad con cargos a la espera de juicio.