A un lado del Sena, en el distrito XII, no muy lejos de la plaza de la Bastilla, se alza la Rue Crémiex, una de las calles de París más pintorescas y admirada por los millennials. Sus casitas bajas de dos plantas de estilo victoriano con fachadas de colores pastel, su calzada de adoquines y las macetas al sol son un reclamo demasiado atractivo para los instagramers que buscan hacerse un selfi en uno de los rincones más bellos de la ciudad de la luz.

En Instagram, el hashtag #RueCremieux acumula casi 32.000 publicaciones de viajeros, adictos a la moda en su mayoría, que suben fotos paseando por la icónica calle que transporta al viajero a la década de los años 30 del siglo pasado (no fue hasta 1996 que los residentes decidieron pintar las casas de color amarillo, rosa, azul y naranja para distinguirse del monocorde gris de la ciudad).

DERROCHE DE FILTROS

Con filtros o sin filtros, haciendo acrobacias, luciendo abrigos, vestidos de novia, con varios amigos, en los escalones de los portales, con las maletas, en bicicleta, unos novios abrrazados, una sesión de moda... La calle es la meca para aquel que quiera doctorarse como influencer.

Sin embargo, la afluencia de tanto visitante a horas intempestivas haciendo posturitas ha llevado al hartazgo a los vecinos que viven en la peatonal Rue Crémiex. Por eso han pedido al ayuntamiento que ponga vallas y cierre el paso desde el amanecer/anochecer -las horas más buscadas por los fotógrafos millennials-, por las noches y los fines de semana, tal como ha recoge France Info. Esperan que la solución llegue antes del verano, pico máximo de turistas.

LAS QUEJAS DE LOS VECINOS

"Las molestias son constantes. Por ejemplo, nos sentamos en la mesa a la hora de comer y fuera tenemos decenas de personas que haciendo fotos, cuando no a raperos que están dos horas para grabar un vídeo justo debajo de nuestra ventana. O peor, despedidas de soltero que se pasan dando voces durante más de una hora. Francamente, es agotador", ha explicado un vecino entrevistado por Radio Info.

Mientras esperan que el ayuntamiento instale las puertas para poner coto a los instagramers, los vecinos han creado la página Club Crémieux, en la que suben las cosas más absurdas y los comportamientos más incívicos que llegan a hacer los visitantes para obtener la mejor fotografía del coqueto lugar. En las capturas se puede ver a la gente tirada en el suelo, cámara en mano, pisando las paredes, o a grupos bailando con música a todo trapo.

HISTORIA DE LA CALLE

Curiosamente, tal como explica la periodista Charlotte Hervot en Twitter, no fue hasta 1996 que un residente de dicha calle decidió pintar la fachada de color amarillo primavera. Luego le siguieron el resto de vecinos, gustosos de dejar atrás el gris perla de la piedra caliza de París. En realidad, la calle de la capital francesa más retratada en las redes por su "encanto parisino" tiene poco de antigua ni de parisina.