La Agencia Espacial Europea (ESA) informó ayer de que poco más de un mes antes del final de la misión Rosetta, imágenes de alta resolución de sus cámaras han permitido localizar en el cometa 67P/Churyumov-Gerasimenko a su módulo Philae, del que se había perdido el rastro tras su aterrizaje en noviembre de 2014.

Las fotografías revelan que ese pequeño robot se quedó calado en una grieta oscura y demuestran, según precisó la ESA en un comunicado, por qué era tan difícil establecer comunicación con él en este tiempo.

Philae fue visto por última vez después de que tocara tierra en el cometa en un punto bautizado con el nombre de Agilkia, desde el que rebotó y acabó deteniéndose en una zona conocida como Abydos, a un kilómetro del lugar elegido para el aterrizaje.

Al cabo de tres días, su batería principal se quedó sin energía por falta de contacto con el Sol y el módulo entró en hibernación, estado que abandonó temporalmente para comunicarse brevemente con Rosetta en junio y julio de 2015. Pero su localización exacta, según la ESA, no se conocía hasta ahora.

Los datos disponibles acotaron su búsqueda a un margen de varias decenas de metros, pero el número de objetos identificados como potenciales candidatos, en imágenes de relativamente baja resolución y tomadas desde distancias mayores, no pudieron ser analizadas en detalle hasta hace poco. La foto tomada por la cámara Osiris de Rosetta el 2 de septiembre tiene una resolución de 5 centímetros por píxel, suficiente para mostrar los rasgos típicos del cuerpo del Philae. H