L os impactos más devastadores de la crisis climática siguen en aumento y cada vez afectan más a los países ricos. Un estado tan avanzado como Japón encabeza el ránking de los que resultaron más perjudicados en el 2018. Olas de calor, sequías extremas e inundaciones con deslizamientos de tierra causaron a los nipones más de 1.200 muertes y daños por 35.800 millones de dólares. Alemania ocupa el tercer lugar con 1.243 muertes y 5.038 millones de dólares causadas también por las sequías y el calor.

Los datos están contenidos en el informe anual de riesgos climáticos que la organización Germanwatch presentó ayer en la Cumbre del Clima de Madrid. El documento se elabora desde el 2006 con la información proporcionada por la compañía de reaseguros Munich Re y el Fondo Monetario Internacional.

MAL DATO // España sale también bastante malparada debido a las olas de calor e inundaciones que le hacen escalar desde el puesto 47 que ocupó en el 2017 al 38. Su exposición a estos eventos climáticos la sitúa siempre entre los 50 países más vulnerables del mundo. En la clasificación de pérdidas sufridas en el periodo 1999-2018 que también elabora Germanwatch aparece en el puesto 29 sobre los casi 200 países analizados. No es difícil aventurar que debido a las reiteradas gotas frías que han causado graves inundaciones, en el índice del 2019 España escalará aún más puestos.

En ese ránking más retrospectivo correspondiente al periodo 1999-2018 puede comprobarse cómo los eventos extremos se habían cebado anteriormente mucho más en los países pobres. Lo encabezan Puerto Rico, que ha sufrido 149.000 muertes en 20 años, Myanmar y Haití, seguidos, por este orden, por Filipinas, Pakistán y Vietnam. Ningún país desarrollado figura este top ten.

En el 2018, en cambio, el primer país pobre damnificado es Filipinas, que ocupa la segunda plaza por la consecuencias del tifón de categoría cinco que sufrió el mes de septiembre, el más poderoso registrado en todo el mundo ese año. El viento llegó a alcanzar velocidades de 270 kilómetros por hora cuando tocó tierra. El cuarto es Madagascar, golpeado por el ciclón Ava.

También destacan los expertos de Germanwatch la importancia de establecer un mecanismo específico de financiación para el clima que reembolse las pérdidas de tierras, daños en infraestructuras y vidas humanas a los países más pobres. Hasta ahora, los países industrializados se habían negado incluso a negociar.

DINERO // En la COP25, por primera vez, el apoyo financiero para las pérdidas y daños relacionados con el clima ocupa un lugar prioritario en la agenda. Para los países más pobres y vulnerables, esta cumbre climática es, por tanto, de la máxima importancia. Exigen que los estados lleguen a un acuerdo para apoyar a los que sufren, o al menos reconocer la necesidad, como un camino para avanzar. De lo contrario, los países más pobres seguirán dependiendo de los préstamos para hacer frente a las consecuencias del cambio climático.