Si algo han conseguido las protestas juveniles y las manifestaciones que recorren desde hace meses las calles europeas es convencer a los ciudadanos de que este tipo de iniciativas tienen un impacto directo, tanto a nivel nacional como europeo, y que pueden contribuir a cambiar las cosas y frenar el cambio climático. Así lo piensan 6 de cada 10 personas, según un nuevo Eurobarómetro publicado por el Parlamento Europeo, que sitúa al cambio climático como el principal desafío al que dar prioridad.

La encuesta, que fue realizada en el mes de octubre, sitúa al cambio climático como la principal preocupación para el 32% de los encuestados, por delante ligeramente de la lucha contra la exclusión social y la pobreza (31%), luchar contra el terrorismo (24%), combatir el desempleo y avanzar hacia el pleno empleo (24%) e invertir en educación de calidad (22%). Un resultado que esconde grandes diferencias. Los más preocupación por este problema son los países del norte de Europa: Suecia (62%), Dinamarca (50%), Holanda (46%), Finlandia (42%) y Alemania (40%). En el caso de España, la principal preocupación sigue siendo la lucha contra la exclusión social y la pobreza (39%), por delante del paro (38%) y el cambio climático, la tercera cuestión más mencionada (36%).

En cuanto a los problemas medioambientales más preocupantes el más urgente para los europeos es el cambio climático (52%) salvo en los países del este de Europa- por delante de la contaminación del aire (35%), la contaminación marina (31%), la deforestación (28%) y el aumento de los residuos (28%). Además, en 20 de los 28 Estados miembros los ciudadanos están convencidos de que las protestas tendrán impacto y servirán para presionar a los gobiernos. Particularmente, así lo creen los irlandeses (74%), los suecos (71%) o los chipriotas (70%).