España se encuentra en «prealerta» por sequía meteorológica y aunque, de momento, no es una fase dramática, hay que esperar las lluvias de otoño e invierno para asegurar el abastecimiento en todos los usos en el 2018.

El estado de la sequía «todavía no es muy preocupante», asegura Alberto Garrido, director del Observatorio del Agua de la Fundación Botín, quien insiste en la necesidad de un «seguimiento detallado» de la evolución para aplicar los protocolos y planes de sequía y evitar la improvisación.

Desde el punto de vista meteorológico, la situación actual es de insuficiencia de lluvias, pero no crítica para los embalses, y recalca que donde más se percibe el impacto de la sequía es en el sector agrícola, aunque se muestra esperanzado de que las últimas lluvias ayuden a salvar las cosechas de secano.

En este punto, recuerda que los agricultores y ganaderos han podido protegerse contra la sequía con seguros agrarios, cuyas primas están subvencionadas.

ABRIL, MUY SECO // Durante los últimos meses, y salvo excepciones, la escasez de precipitaciones ha predominado en toda España, especialmente el pasado abril, un mes muy seco en conjunto, con una precipitación media de 26 litros por metro cuadrado, lo que supone el 40% de la media de este mes, cifrado en 65 litros por metros cuadrado. Según la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), este abril podría ser el mes más seco de este siglo XXI.

Respecto al agua embalsada, los últimos datos del Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente (Mapama), reflejan que en la primera quincena de mayo, la reserva actual de agua acumula 32.406 hectómetros cúbicos (57,9%), un porcentaje muy alejado tanto de la media del año pasado (75,4%), como la de los últimos cinco años (77,7%) y de la del decenio (73,8%). Para Garrido, estas cifras evidencian el periodo seco actual y enfatiza en que la cuestión principal radica en cómo evolucionará la meteorología.

El experto, que es catedrático de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM), explica que, a pesar de esas cifras, el sistema hidrológico español, en general, puede aguantar sin problemas un año con los embalses al 15 ó al 20% menos de su capacidad total, debido a que es un rango de variación relativamente normal.

«Si la sequía se prolonga en el 2018, la situación será de emergencia con carácter general en la mayoría de las cuencas».