CPensaban que era una grúa olvidada en una solitaria estación de tren y en parte lo era, pero también creían que ya no importaba a nadie y no era así. Cuando el pueblo de Camporrobles supo que ADIF iba a llevársela al Museo de la Fundación de los Ferrocarriles Españoles, en Vilanova i la Geltrú, se movilizó para impedirlo y lo logró.

Una intensa y rápida campaña en las redes sociales, la aparición de la historia en los medios y la intermediación de las instituciones, convencieron a ADIF de renunciar a su idea. En la recámara quedaron una manifestación e incluso una protesta pacífica para tratar de evitar in situ su marcha. «Las redes sociales han sido clave, en 20 minutos había más de 600 firmas contra el traslado», explica Gabriel Mata, el alcalde, que asegura que estaban dispuestos a llevar «el derecho al pataleo» hasta donde pudieran si el traslado hubiera seguido adelante.

Porque todos tienen claro que la grúa no es suya sino de ADIF, pero para ellos reclaman otro tipo de propiedad. «Es un patrimonio nuestro, es memoria visual, no concebimos la estación del tren sin ese elemento emblemático, le habríamos quitado encanto», argumenta el edil.

INSTALADA EN LOS 40 // La grúa se instaló en los años 40, cuando la estación era un importante nudo de comunicación. «¿Qué más les da a ellos? Lleva aquí toda la vida y hace bonito, pero es suya y pueden hacer lo que quieran», reconoce Aurora Martínez, exferroviaria y esposa de ferroviario, que recuerda cómo «llegaban los camiones para descargar enormes troncos que con la grúa se cargaban en los vagones».