La Policía Nacional apresó a cinco miembros de una red que había creado un entramado empresarial que llegó a captar cinco millones de euros con el reclamo que irían a parar a la lucha contra el cáncer infantil y a emergencias en el tercer mundo, aunque, en realidad, destinaron estos fondos en beneficio propio para llevar un vida de auténtico lujo.

La trama desarticulada se publicitaba ampliamente a través de una página web, revistas, venta de productos solidarios y actos diversos que tenían como finalidad la captación de dinero. El señuelo, una vez más, el componente benéfico: irían a parar a la lucha contra el cáncer infantil.

Sin embargo, el dinero donado era destinado al sostenimiento de una estructura empresarial de la que vivían los cinco detenidos, todos de nacionalidad española, y de más de 40 trabajadores. Con los fondos, el principal cabecilla llevaba un alto tren de vida, con vehículos de alta gama y comidas en conocidos restaurantes de la capital aragonesa.

A través de llamadas, voluntarios a pie de calle y actos de diversa índole, los arrestados recaudaban las donaciones de personas particulares, hasta llegar a los cinco millones. Además, los detenidos hacían donaciones de juguetes entregados por terceros e impulsaban iniciativas menores cuyo único fin real era el de dar soporte publicitario a su objetivo fraudulento de lucrarse.