Con muchos años de retraso, Barcelona y Madrid se han dotado al fin de planes de restricción del tráfico destinados a atajar los altos niveles de contaminación que afectan a la salud de sus ciudadanos e incumplen las directivas comunitarias. La última en hacerlo ha sido la capital de España, que el pasado martes aprobó definitivamente el denominado Plan de Calidad del Aire, un catálogo de 30 medidas entre las que destaca la creación de una Área de Prioridad Residencial que ocupa casi todo el distrito Centro. Una zona que incluye arterias tan emblemáticas como la Gran Vía, a la que solo tendrán acceso los vehículos de los residentes.

Será la medida que más polémica generará en una ciudad donde el vehículo privado ha sido el rey durante décadas. Está destinada, además, a ser la piedra de toque de todo el plan porque será la primera en implantarse, en junio del próximo año.

DESPLIEGUE TECNOLÓGICO

El despliegue tecnológico para llevarla a cabo va a ser ingente. En las entradas de las numerosas calles que hoy hacen permeable al tráfico este gigantesco rectángulo se instalarán cámaras que detectarán, para sancionarlos, la presencia de coches intrusos. No será fácil discriminarlos, porque los residentes tendrán derecho también a un cupo de ‘invitados’ aún por determinar.

También podrán penetrar en la zona los propietarios de plazas de aparcamiento o los clientes de párkings privados de rotación que comprueben, a través de una aplicación, que podrán acceder de plaza. También la carga y descarga, los taxis y los vehículos limpios estarán autorizados a entrar sin restricciones. La experiencia de las cuatro áreas de prioridad residencial que existen actualmente (Cortes, Letras, Ópera y Embajadores) servirá para afrontar el reto tecnológico.

SITUACIÓN DESIGUAL

Con esta restricción podría pensarse que, tras años de inacción, Madrid se pone por delante de Barcelona en la lucha contra la contaminación, algo de lo que Frederic Ximeno, comisionado de Ecología del Ayuntamiento de Barcelona discrepa. “Las áreas peatonales y las calles vetadas a los no residentes implantadas desde hace años en Ciutat Vella equivalen a las medidas que ahora tomará Madrid”, sostiene.

Ante la objeción de que Madrid también restringirá el tráfico a las vías de paso como la Gran Vía, Ximeno recuerda que las calles equivalentes que en Barcelona serían la Vía Laietana y las Ramblas están ahora en “fase de evaluación” para su rediseño, aunque en principio no está previsto cortarlas al tráfico.

Ximeno destaca también que la situación no es la misma en las dos urbes. "En Barcelona sufrimos de cero a tres episodios anuales de alta contaminación, mientras que Madrid ronda los 10".

CUMPLIR CON EUROPA EN 2020

Con esta restricción del centro y otras medidas previstas de aquí al 2020, el ayuntamiento madrileño espera eludir las sanciones derivadas del expediente abierto por la UE. “Va a costar. Nadie esconde ni la complejidad ni lo que supone de concienciación de trabajo colectivo el implantar el Plan de Calidad de Aire, pero estoy convencida de que en el 2020 llegaremos a los requerimientos de la UE y a la mejora de la salud de los ciudadanos", ha advertido Inés Sabanés, la delegada del Área de Medio Ambiente.

Su optimismo se basa en una simulación llevada a cabo por un equipo de la Universidad Politécnica de Madrid que estima en un 25% la reducción media de emisiones de óxidos de nitrógeno (NO2), con algunas de la zonas más contaminadas en las que puede alcanzarse el 31% en el periodo 2012-2020. La reducción media de la concentración de partículas sería más modesta, del 5%.

SIN GARANTÍAS

"Desde el 2012 la situación ya ha mejorado y con las medidas aprobadas lo que se hará es seguir esta senda de reducción", explica Rafael Borge, uno de los investigadores de la Politécnica que ha participado en el estudio. La condición para que se produzca esta reducción del 25% es que el plan se aplique “por completo” pero aun en ese caso no está garantizado que se cumpla con los límites de la UE. “La simulación no tiene tanto detalle como para preveer las puntas de contaminación”, señala.

Xavier Querol, especialista del CSIC, cree que el plan de Madrid es "un punto de inflexión" respecto a los anteriores pero duda de que vaya a ser suficiente para cumplir con Europa. El portavoz de Ecologistas en Acción, Juan Bárcena, cree por su parte que se trata “un paso adelante muy importante” que su organización ha respaldado. "Con el plan se acaba el discurso imperante en Madrid de que la contaminación no era un problema y que la libertad del coche privado estaba por encima de todo", señala.