Cuatro días después del trágico terremoto en los Apeninos centrales, que ha provocado, según el último balance, 278 muertos, 387 heridos y todavía 15 desaparecidos, los habitantes de Amatrice y de las más de 20 localidades afectadas por el seísmo empiezan a mirar hacia adelante, a la reconstrucción de sus hogares y al crudo invierno que se avecina, con temperaturas que pueden llegar a alcanzar varios grados bajo cero.

“Las personas no quieren irse de sus calles, rechazan nuevos nucleos urbanos construidos en lugares extraños a la vida que llevaban”. Así lo han explicado estos días los alcaldes, y el Gobierno ha decretado que sean ellos quienes decidan. Ayer se reunió con los presidentes de las tres autonomías afectadas para encaminar el futuro próximo de su gente.

“Estas comunidades no pueden ser desperdigadas”, dijo el jefe del Gobierno, Matteo Renzi, rechazando la solución que descabelladamente se aplicó tras el terremoto de Irpinia de 1980, cuando se abandonaron las aldeas hundidas en las colinas, donde siguen como un espejismo permanente del pasado, y se construyeron casas baratas en los valles, surcadas por una nueva autopista que no lleva a ningún lugar. “No queremos que estas zonas pierdan su identidad”, subrayó Renzi. “Amatrice resucitará, se lo debemos a las víctimas, a quienes vivían aquí, a todos mis conciudadanos, turistas incluidos”, prometió el alcalde Sergio Pirozzi que, sin embargo, añadió: “El pueblo deberá ser derribado del todo y reconstruido”.

RENZI PROMETE RAPIDEZ // El traslado de los supervivientes de la catástrofe desde las tiendas de campaña, montadas en solo unas 10 horas y con todos los servicios necesarios -cocinas, camas, dispensario, lavabos, duchas-, a otros emplazamientos más confortables y adaptados para el invierno pasará, probablemente, por la colocación de casas prefabricadas cerca de los edificios hundidos. Y con los años, tal vez dispongan de nuevas viviendas. “Seremos rápidos”, prometió Renzi, aunque advirtiendo que Italia debe ocuparse de la prevención y no solo de las emergencias. “Seremos serios, pero lo que no se ha hecho en 70 años no se podrá realizar ahora en siete meses”.

HONRAS FÚNEBRES SIN ATAUDES // Hoy es día de luto en todo el país, con banderas a media asta. Y hoy se celebrarán en Ascoli Piceno, capital de Las Marcas (una de las tres regiones afectadas), los primeros funerales de víctimas del temblor, con la presencia de las autoridades locales y nacionales. El miércoles tendrán lugar los segundos. Sin ataúdes, como un momento de unidad de las comunidades de los supervivientes, entre ellos los 238 rescatados con vida debajo de los escombros. “Un milagro laico”, lo define Angelino Alfano, ministro de Interior.

Los equipos de socorro para la primera emergencia, integrados por unas 3.000 personas -entre ellas, el contingente de bomberos del Vaticano que envió el papa Francisco-, continuaban ayer excavando entre las ruinas. “Seguiremos haciéndolo hasta que sea necesario”, afirmaban en Protección Civil, mientras los alcaldes pedían a los italianos que dejen de enviar alimentos y ropa, “porque por el momento no nos falta nada”. Por su parte, el Gobierno ha puesto a disposición de los municipios los primeros 50 millones de euros de un fondo para emergencias de 234 millones de euros y ha congelado el pago de todos los impuestos de la zona.

MÁS DEPRENDIMIENTOS // No faltan tampoco las réplicas del terremoto que complican las labores de socorro, ya que provocan nuevos desprendimientos y caídas de objetos, como una de las campanas de una iglesia de Amatrice. Desde la medianoche del jueves hasta el alba de ayer se produjeron casi mil temblores, todos entre 4,2 y 5,4 grados. H