Pocos minutos antes del mediodía del ayer se hundió un puente situado a 90 metros de altura que une dos partes de la ciudad de Génova y que constituye el tramo urbano de la autopista que conecta Francia con el sur de Italia. El derrumbe se llevó consigo a unos 35 coches, tres camiones y otros vehículos, provocando la muerte de al menos 35 personas y dejando 13 heridos graves. Hay 10 personas desaparecidas. «La víctimas serán más», avanzó Giovanni Toti, presidente autonómico de la región de Liguria.

Entre los desaparecidos figuran personas que se encontraban en sus viviendas, situadas al pie o al borde de la parte hundida del puente, mientras que los incendios y fugas de gas que provocó el desprendimiento también causó un gran número de heridos.

Dos calles situadas junto al torrente de Polvecera, dentro del cual cayeron unos 100 metros del viaducto de la autopista, fueron evacuadas igual que algunos edificios adyacentes a la estructura hundida. Para evitar posibles hundimientos más, ayer por la tarde la concesionaria del tramo de autopista urbana comenzó unas labores de control sobre la parte del puente que permanecía en pie. Atlantia, empresa que controla la concesionaria de la autopista (Autostrade SA), se desplomó ayer en la Bolsa de Milán llegando a perder hasta un 10%.

TRÁFICO INTENSO // «Esto es el infierno», repetían los bomberos que durante horas hurgaron en el amasijo de acero, coches, camiones, bloques de cemento y cables de alta y baja tensión, durante un temporal intenso que se estaba abatiendo en una ciudad que fue construida como un balcón sobre el mar.

El hundimiento del puente tuvo lugar la víspera del Ferragosto, una fiesta anual señalada en el calendario italiano, antes y después de la cual se desplazan millones de ciudadanos para sus vacaciones. «Sobre el puente había un tráfico muy intenso», afirmaron numerosos testigos. De momento, no está claro todavía si el desplome se debió a un debilitamiento estructural del puente, construido entre 1963 y 1967, que ya sufría continuas obras de mantenimiento. La caída de un potente rayo sobre el viaducto, según relataron varios testigos, pudo contribuir al hundimiento. «La notícia del rayo no está confirmada», afirmó Angelo Borrelli, jefe de Potección Civil.

Austostrade SA comunicó que la estructura era segura, una afirmación contraria a la de algunos ingenieros. «El puente debía ser demolido y reconstruido desde hacía tiempo», afirman varios de ellos. «Si usted tiene otras informaciones, envíemelas», dijo Giovanni Castellucci, consejero delegado de Autostrade, ante las objeciones de un periodista sobre la dudosa firmeza de la estructura. Protección Civil confirmó que en el momento del hundimiento no había obras de mantenimiento.

«Se trata de una tragedia gigantesca», afirmó Danilo Toninelli, ministro de Transportes. «Hechos como este son un ejemplo de falta de mantenimiento, tragedias que no tienen que suceder», añadió. El ministro Matteo Salvini, titular de Interior, afirmó que hará «todo lo posible para conseguir nombres y apellidos de los responsables pasados y presentes, porque es inaceptable que en Italia se muera así».

El puente de Brooklyn, como lo llamaban los genoveses, había sido inaugurado en 1967. Desde el principio fue objeto de encendidas discusiones sobre su consistencia estructural y necesitó de obras continuas de mantenimiento desde el minuto cero. La estructura mide 1.182 metros de longitud y sus pilares tienen 90 metros de altura.