Las mujeres deberán llevar traje largo; los hombres, esmoquin o traje oscuro. Todos habrán pagado 200 euros por la cena de lujo en el Salón de Baile del Teatro Real de Madrid. A la entrada, habrá 'photocall' con alfombra roja. Y allí, en ese formidable espacio de seis metros de altura donde se reproduce el cielo de Madrid, entre los jueces, políticos y empresarios vestidos de gala habrá también, aunque ellos no lo sepan, algunas mujeres supervivientes de la trata sexual, personas que fueron obligadas a prostituirse y luego fueron rescatadas por la Asociación para la Prevención y Reinserción de la Mujer Prostituida (APRAMP).

Unos 200 "jueces, abogados, empresarios, políticos y hombres de negocios" participarán la noche del lunes en una cena benéfica de gala para recaudar fondos para esa oenegé, que lleva 25 años rescatando a mujeres prostituidas en calles, pisos y burdeles. Rocío Mora, su directora, indicó a este diario que "se trata de romper el muro, llegar a estas personas que no han oído hablar de la trata de mujeres, no saben lo que es la esclavitud sexual, no lo han visto. Son empresarios, cargos de responsabilidad y queremos implicarles también en esto. En las campañas que hacemos normalmente estas personas no están".

Vestidos hechos por víctimas de trata

Rocío Mora asume el riesgo de que esa iniciativa, inédita en España, de meter la trata sexual en los salones de la alta sociedad, pueda recordar a aquella película de Luis García Berlanga, "Plácido", en la que los ricos sentaban a un pobre en su mesa por Navidad. "Sabemos que corremos ese riesgo, que algunos pueden pensar que esto es algo rancio, pero entendemos que es algo imaginativo y que merece la pena. La cena de gala culmina un trabajo de cuatro meses. Muchas llevaremos esa noche vestidos hechos por mujeres supervivientes de la trata sexual y será también una oportunidad de dar a conocer su nuevo trabajo, su nueva vida". Lo importante, asegura Mora, es seguir "visibilizando la lucha contra la trata de mujeres".

En estos 25 años de lucha contra la trata, APRAMP ha detectado y rescatado a cientos de víctimas en toda España, algunas menores de edad. Tienen una casa refugio para estas últimas en Madrid. Varias de ellas son ahora "mediadoras", que tratan de rescatar a otras mujeres explotadas sexualmente. También han abierto un taller de formación y costura en Madrid por el que pasan cada año "unas 48 mujeres supervivientes" rescatadas de la prostitución. Allí consiguen aprender un oficio y algunas son realmente buenas. De hecho, han colaborado con modistos de primer nivel como Modesto Lomba, Ulises Mérida y Manu Fernández.

Todo lleno

Ya no hay plazas para la cena benéfica del Teatro Real, amadrinada por la abogada Cruz Sánchez de Lara. Todos los cubiertos están vendidos. Muy cerca del Teatro Real, en las calles del centro de Madrid, como en las del resto del país, habrá esa misma noche mujeres forzadas a alquilar su cuerpo.

España sigue siendo una potencia en la trata de mujeres, el tercer país del mundo en proporción, solo superado por Tailandia y Puerto Rico, según los datos de la ONU. Los datos oficiales hablan de 50.000 mujeres prostituidas en España, donde el 39 por ciento de los hombres ha pagado en alguna ocasión por tener sexo, un negocio mafioso que mueve unos cinco millones de euros cada día en nuestro país.