Quanzhou, Dongguan o Xiamen no le sonarán, pero superan la población de Barcelona. China cuenta ya con más de 100 ciudades con más de un millón de habitantes, muchas de ellas también ignotas para los chinos, y serán 200 en una década. Es el recuento de la organización Demographia. Europa no llega a las 40.

El proceso de urbanización chino carece de precedentes por su ritmo y su magnitud. La apertura económica estimuló el mayor movimiento de la humanidad en tiempos de paz. Los chinos que habían vivido en las regiones centrales buscaron su porción del milagro económico en las fábricas de la costa oriental. Las ciudades acogieron a más chinos que el campo por primera vez cinco años atrás: el porcentaje alcanza hoy el 57,3% y Pekín planea que supere el 60%, incluso, en el 2020.