El Ayuntamiento de Riba-roja d'Ebre (Ribera d'Ebre) se ha visto obligado a cerrar cautelarmente la piscina municipal después de sufrir "reiterados episodios de defecación" en los últimos días, según informa el consistorio.

De esta manera, se pretende garantizar la salud pública de los usuarios, para lo cual el Ayuntamiento ha tomado medidas de urgencia como controlar nominalmente las entradas y salidas del recinto (ahora ya reabierto al público), colocar detectores de orina en el agua de la piscina y pedir la colaboración de personas voluntarias y anónimas que se encargan de vigilar las instalaciones mientras la piscina está abierta.

El consistorio explica en un comunicado que está estudiando instalar cámaras de videovigilancia en el recinto para acabar con la "desagradable situación" e identificar al autor o autores de incidentes futuros. El Ayuntamiento de Riba-roja d'Ebre avisa que este "comportamiento grosero" representa un atentado contra la salud pública y puede ser constitutivo de delito penal y motivo de sanción de acuerdo con el ordenanza municipal de civismo.

Estas nuevas medidas llegan después de que la semana pasada se cerrara la piscina municipal durante dos días para renovar la totalidad de los dos compartimentos de agua. En el mismo comunicado, el consistorio avisa que si la situación se repite se verán obligados a hiperclorar el agua, cosa que "obligará a restringir el baño durante tres horas".