L as primeras 48 horas no habrá sanciones para los que se salten la prohibición de entrar o salir de las zonas que la pasada madrugada empezaron su confinamiento en Madrid. Pasado este periodo, las multas serán de un mínimo de 600 euros y de hasta 3.000 euros, si la persona cazada debía estar en cuarentena por haber dado positivo o ser contacto de un contagiado.

La fuerte cuantía de las multas pretende ser un contrapeso a la gran dificultad que entraña controlar 37 zonas sanitarias de ocho municipios. El primero en reconocer esa complejidad fue el consejero de Sanidad, Enrique Ruiz Escudero, el pasado sábado. Y ayer se sumaron también representantes de las administraciones que participaron en la reunión de coordinación del operativo policial.

El delegado del Gobierno, José Manuel Franco, destacó que las restricciones son de «una dificultad técnica muy grande», mientras que el presidente de la Federación de Municipios de Madrid (FMM) y alcalde de Arganda del Rey, Guillermo Hita, admitió que «son medidas difíciles de hacer cumplir» por lo que insistió en «la necesidad de la concienciación ciudadana».

En el operativo participarán las policías locales de los ocho municipios afectados, junto a la Policía Nacional y la Guardia Civil, aunque solo el Ayuntamiento de Madrid fue a la reunión con los deberes hechos. Su delegada del área de Seguridad, Inmaculada Sanz, anunció que destinará a la vigilancia a más de 200 agentes que distribuirá en «60 controles aleatorios que irán rotando» las dos semanas de restricciones.

El día de la entrada en vigor de la restricciones estará marcado por la reunión entre el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y la presidenta regional, Isabel Díaz Ayuso. La intención de Sánchez es apoyar a la Comunidad de Madrid para que esta tenga más difícil mantener el argumento de que la pandemia se ha descontrolado porque el Estado ha «dejado sola» a Ayuso.

La mayoría de ellos se concentraron frente a los centros de salud, pero también lo hicieron ante las sedes municipales de distrito y del parlamento regional, que se encuentra en Vallecas, muy cerca de uno de los territorios a los que se echará el cierre. La movilización más concurrida tuvo lugar frente a la Asamblea de Madrid, donde se registraron momentos de tensión cuando algunos de los participantes intentaron acercarse al edificio y la policía se lo impidió. H