Una de las tradiciones del festival de Málaga es la rueda de prensa anual de los productores audiovisuales españoles asociados a la confederación FAPAE. Suele ser una convocatoria llorosa, donde se habla de lo malito que está el cine español, no en términos creativos sino económicos. Este año las cosas han cambiado. El 2016 invita al optimismo. El cine español se ha congraciado con el público y, por lo tanto, es hora de sacar pecho con las cifras.

En lo que va de año, las producciones españolas ya han recaudado en taquilla 36 millones de euros, el doble que la cifra registrada en el mismo periodo del 2015. El vuelco tiene nombres y apellidos. Cuatro películas han tirado del carro de las recaudaciones: Palmeras en la nieve, Ocho apellidos catalanes, Kiki, el amor se hace y Cien años de perdón. Gracias al tirón de taquilla de estos cuatro títulos, la cuota del cine español ha subido del 10 al 19,3%.

Las cosas puede incluso mejorar. Los productores confían en el empujón de taquilla que darán títulos que se estrenarán en los próximos meses como Gernika (Koldo Serra), El olivo (Iciar Bollain), Zipi y Zape y la Isla del Capitán (Oskar Santos) y Un monstruo viene a verme (J. A. Bayona).

PRESUPUESTOS A LA BAJA // Tanto optimismo se respira en el sector que el presidente de los productores audiovisuales, Ramon Colom, ni siquiera mencionó durante su comparecencia uno de los graves problemas del cine español: el IVA cultural más alto (21%) de toda la zona euro. Lo que sí hizo Colom fue recordar otros puntos negros de la industria, como el hecho de que el dinero público que recibe el sector esté de capa caída. En el 2016, la cifra es de 30 millones de euros. Una de las consecuencias es que el presupuesto medio de los largometrajes cada vez es más raquítico. Si hace cinco años un equipo se ponía manos a la obra con tres millones de euros de media, ahora lo hacen con tan solo 1,8 millones de euros.

La FAPAE también hizo una comparativa de los últimos 25 años (los que cumple la confederación). Y el panorama invita al optimismo: en 1991 el cine español tuvo 9,1 millones de espectadores frente a los 18 del 2015. En 1991 solo una cinta española superó el millón de espectadores. En el 2015 fueron cinco (Ocho apellidos catalanes, Atrapa la bandera, Perdiendo el norte y Ahora o nunca).

En estos 25 años, la presencia del cine español en festivales internacionales ha caído un 36% pero los premios internacionales que ha recibido han aumentado espectacularmente (un 803%).

“No es posible que solo haya un cine comercial, también tiene que haber un cine de riesgo”, advirtió Colom al resumir ese buen momento económico del cine. H