La ciudad de Eskilstuna, al oeste de Estocolmo, es la primera de Suecia en exigir el pago de una licencia para poder pedir dinero en sus calles, una medida destinada a acabar con la mendicidad. Quienes quieran ejercer de mendigos en Eskilstuna, un municipio de algo más de 100.000 habitantes, a partir de este mes deben solicitar por internet o en una comisaría el permiso, que costará 250 coronas suecas, unos 23 euros, y será válido un máximo de tres meses, además de mostrar un documento de identidad.

«Es difícil saber en qué resultará, probamos nuevas vías burocratizando y dificultando la actividad», dijo a la televisión pública sueca SVT el alcalde de la localidad, el socialdemócrata Jimmy Jansson. La introducción de esa normativa municipal provocó críticas de varias organizaciones sociales que consideran que criminaliza la mendicidad.