Existía mucha expectación con la decisión que tomaría el Comité Olímpico Internacional (COI) después de su reunión de urgencia celebrada ayer en Lausana. La ministra olímpica de Japón, Seiko Hashimoto, añadió aún más incertidumbre al deslizar que el organismo solo exigía que la cita se celebrara durante el 2020, por lo que no se descartaba «un aplazamiento» durante el año. Falsa alarma. El COI salió al paso con contundencia y remarcó su «total compromiso» para que la cita se desarrolle «con éxito» según lo previsto pese a la amenaza del coronavirus.

Dick Pound, el miembro más longevo del COI, aseguró la semana pasada que el organismo se tomaría un plazo de tres meses para anunciar su decisión definitiva sobre el acontecimiento que debe celebrarse del 24 de julio al 9 de agosto. «Es una gran, gran, gran decisión y no puedes tomarla hasta que tengas datos fiables», dijo el dirigente canadiense, que descartó por completo una modificación de las fechas o cambio de sede.

La valoración de Hashimoto ante una posible suspensión hasta diciembre, generó cierta polémica, pero el COI acabó con las suspicacias. «Los preparativos y el proceso continúan con normalidad. No añadiré más combustible al fuego de la especulación», aseguró el presidente, Thomas Bach.