Un innovador estudio de la Universidad James Cook, en Australia, ha revelado nuevas pruebas de que la ingesta frecuente de pescado puede ayudar a prevenir el asma, tras evaluar a 642 personas que trabajaban en una fábrica de procesamiento de pescado en una pequeña aldea en Sudáfrica.

Según el profesor Andreas Lopata, del Instituto Australiano de Salud y Medicina Tropical de dicha universidad, la teoría actual es que el drástico cambio en la dieta en todo el mundo está detrás del aumento de la enfermedad. «Hay un consumo creciente de lo que se conoce como ácido graso poliinsaturado (PUFA) n-6 que se encuentra en los aceites vegetales y una disminución en el consumo de PUFA n-3, que se encuentra principalmente en los aceites marinos. Es decir, ha habido un movimiento global del pescado fresco a la comida rápida», explicó.

El investigador relató que se eligió para la prueba una aldea de pescadores porque tenía una población con un alto consumo de pescado y un estatus socioeconómico bajo, por lo que era probable que los aceites marinos y otros productos del mar fueran la fuente principal de n-3, en lugar de suplementos. «Ciertos aceites marinos se asociaron con un menor riesgo de tener asma hasta en un 62%, mientras que un alto consumo de aceites vegetales se vinculó con un aumento del riesgo hasta en un 67%», dijo Lopata.