Aunque se ha conocido ahora, el festín ocurrió el pasado 22 de junio. Viernes noche. Ocho empresarios quedaron para darse un homenaje en un restaurante asturiano de Madrid, Casa Parrondo, en la calle de Trujillos, cerca de la plaza de Oriente y del Palacio Real. Los comensales, ciertamente, comieron como reyes, sin importarles ni el ácido úrico en sangre ni los ceros la cuenta.

Solo el IVA que pagaron entre mariscos, solomillos y whiskys da para que una familia coma durante varios meses: (¡casi 4.500 euros!). El total, rayó los 50.000 euros (concretamente los 49.292 euros). Si la sentada se pagó a escote, tocaron a 6.161 euros.

Los cuatro kilos de cigalas de anilla roja (6.000 euros), los cuatro kilos de percebes (600 euros), los dos kilos de angulas de Nalón (3.000) y los tres kilos de solomillo de buey fueron regados con cuatro botellas de Flor de Pingus Colección (8.000) y dos botellas de champán Louis Roederer del Valle del Marne (¡30.000!). También hubo Johnnie Walker (400 euros) y gintónics tras el postre, un soufflé especial, de 120 euros. Además, varias cajetillas de tabaco y puros Romeo y Julieta.

A parecer, según cuenta La Voz de Asturias, la factura se habría viralizado en internet por una venganza de un trabajador despedido del local. El dueño del mismo, Nicolás Parrondo, asegura al diario que no le sorprende la factura: «He tenido alguna de hasta 90.000 euros». Asimismo, niega un bulo que circula en la red que asegura que los comensales eran sindicalistas: «Eran empresarios del metal, uno de ellos de Laviana», aclara. «Los empresarios son muy buenos clientes. Todavía quedan clientes fuertes con dinero», explica Parrondo.