La diócesis de Córdoba y la Escuela de Magisterio Sagrado Corazón, adscrita a la Universidad de Córdoba, han organizado un concurso para premiar a las universitarias embarazadas que decidan no abortar. Los 2.000 euros y el diploma de honor de esta primera edición del certamen Madre y maestra de vida irán a parar a la estudiante que relate su caso y mejor explique los motivos que la llevan a seguir con la gestación.

El centro, gestionado por la diócesis cordobesa y varias órdenes religiosas, explica en sus bases que el objetivo del premio es «valorar la protección al ser humano desde el momento de la concepción en el ámbito de los jóvenes universitarios». Así, está dirigido a alumnas universitarias, matriculadas en la Universidad de Córdoba durante los cursos académicos 2016-2017 y 2017-2018 , que «se encuentren (o hayan encontrado) en periodo de gestación y hayan decidido seguir adelante con el embarazo, a pesar de todas las dificultades que este hecho pudiera entrañar».

Las candidaturas las puede presentar, desde el 25 de diciembre al 25 de febrero, tanto la propia estudiante como otra persona que conozca el caso de la joven embarazada, aunque en este caso siempre con el consentimiento de la afectada, que deberá avalar la solicitud con su firma.

El jurado, compuesto por el obispo de Córdoba, Demetrio Fernández; el vicario general de la diócesis, Francisco Jesús Orozco; el director adjunto del Centro de Magisterio y su administrador así como un profesor y un alumno designados por su equipo directivo, valorarán el relato que presenten las candidatas, que, en no más de dos folios, deben explicar la fecha en la que se quedaron embarazadas, las dificultades que encontraron y, sobre todo, cuál fue o es la motivación para decidir seguir adelante con la gestación y dar a luz.

PERLAS MACHISTAS // El objetivo del concurso da continuidad a las tesis defendidas en más de una ocasión por el obispado de Córdoba y su titular, que no ha dudado en expresar públicamente su concepción machista sobre el matrimonio o la reproducción y en el 2012 llegó a comparar el caso Bretón -el padre que asesinó a sus dos hijos para castigar a su mujer por querer separarse- con el aborto. «¡Ningún padre ni ninguna madre tienen derecho para matar a su hijo!», manifestó, subrayando que «ningún crimen es tan horrible como el aborto, cuando una madre se ve en la situación de matar al niño que ha concebido en sus entrañas».

En la misma línea, hace dos años recordó en una homilía que «todo hijo tiene derecho a nacer del abrazo amoroso del hombre y la mujer, que no puede sustituirse por la pipeta de laboratorio», en alusión a la fecundación in vitro, que definió como «aquelarre químico de laboratorio».