El Tribunal Supremo ha condenado a un total de 13 años de cárcel a un hombre y una mujer, que eran amantes, por encargar el asesinato del suegro del hombre, un importante empresario dueño de la funeraria donde ambos trabajaban, a otro amante de ella que era confidente de la Policía y que optó por delatarles.

La mujer resulta condenada porque encargó dos asesinatos: el del suegro de su amante y el de otr compañero de trabajo que, a su juicio, podría sospechar de la relación.

El alto tribunal condena a Ana Belén E.G. a 8 años de prisión por dos delitos de proposición de asesinato (4 años por cada uno). Jesús M.P.-P., es condenado a 5 años por un delito de proposición de asesinato, el de su suegro, siendo de aplicación en su caso la agravante de parentesco.

El Supremo rebaja de diez a ocho y de seis a cuatro los años de cárcel que impuso a los acusados la Audiencia de Madrid, al apreciar dilaciones indebidas.

SEPARACIÓN DE BIENES

Según los hechos probados de la sentencia, Ana Belén y Jesús comenzaron una relación sentimental en el año 2008, cuando se conocieron en el trabajo, que los dos desempeñaban como empleados de la Funeraria Servisa, de Madrid. La acusada estaba casada y mantenía, al tiempo que la relación extramatrimonial con el acusado, tres relaciones afectivas más: con otro compañero de trabajo, que desconocía su relación con Jesús, y con un hombre relacionado con los bajos fondos.

El acusado estaba igualmente casado y disfrutaba del alto nivel económico del padre de su mujer, quien le minusvaloraba ya desde el noviazgo y que le hizo firmar el régimen económico de separación de bienes.

Aún así, disfrutaba del dinero que su esposa ponía en sus manos sin sospechar que tuviera una amante que "se beneficiaba de la desahogada posición económica de la mujer" de Jesús. A pesar de todo ello, ambos decidieron el crimen.

DOS ENCARGOS

Y así, en el mes de septiembre de 2008, Ana Belén contactó telefónicamente con otro hombre, a quien conocía desde hacía años y "con quien mantenía una fluida relación incluso con connotaciones sexuales". Era el tercero de los amantes de ella y la mujer pensaba que tenía contactos con personas que podían acabar con la vida de otros.

Ana Belén E.G. le explicó su deseo de matar al suegro de Jesús y también a su otro amante en la funeraria, "de quien dijo que debería ser el primero en morir, porque podría llegar a sospechar que ella y Jesús tenían algo que ver en la muerte del empresario", explica la sentencia.

El hombre contactado para realizar el crimen recibió dinero de los acusados como adelanto y también datos sobre los dos objetivos y, con esas pruebas, denunció los hechos en la Comisaria de Policía de Alcalá de Henares.