El confinamiento impuesto para combatir el covid-19 ha producido un desplome histórico en la contaminación del aire en Barcelona, Madrid y Sevilla, según datos de estaciones de medida de estas ciudades elaborados por Greenpeace. Los niveles de NO2 empezaron a caer en picado el 10 de marzo en Madrid, y el 13, en Barcelona, coincidiendo con la adopción de las primeras medidas drásticas.

Ese gas, asociado a enfermedades respiratorias y cardiovasculares, está producido en su mayoría por los coches y es el más rápido de medir de entre los que producen estos vehículos. A partir del 14 de marzo, cuando entró en vigor el estado de alarma, el NO2 alcanzó mínimos sin precedentes. El récord se dio el pasado lunes 16 de marzo. En Barcelona, por ejemplo, hubo una densidad de NO2 de 10 microgramos por metro cúbico.

Eso es una cuarta parte del nivel de contaminación que la OMS considera perjudicial para la salud (40 microgramos por metro cúbico) y que se supera sistemáticamente en Barcelona y Madrid. El día 16, es decir, el pasado lunes, fue también el segundo día con menos contaminación de los últimos 20 años en Barcelona, según datos del blog contaminacio.barcelona. «Es algo extraordinario. Los días menos contaminados suelen ser festivos o con fuerte viento, como los días del temporal Gloria», observa Miquel Ortega, doctor en Ciencias Ambientales.

Es cierto que el 16 hizo viento, pero la tendencia general se debe a la reducción del tráfico. De hecho, también dos días de esta semana con menos viento, el 15 y el 17, aparecen en la lista de los 20 días menos contaminados de las últimas dos décadas. «Son niveles superbajos: no hemos visto nunca nada parecido a estas alturas del año», afirma Mark Nieuwenhuijsen, director de Planificación Urbana en el IsGlobal.

TAMBIÉN EN CHINA E ITALIA / Importantes reducciones se registraron también en Wuhan y en el norte de Italia a raíz del confinamiento. En el caso de China, el investigador Marshall Burke, de la Universidad de Stanford, estimó que por cada vida perdida por el covid-19, hasta 20 podrían haberse salvado debido a la reducción de la contaminación. «Este no sería el caso de Barcelona, porque en China la contaminación causa más muertes», puntualiza Nieuwenhuijsen. En Barcelona, provoca unos 600 fallecimientos cada año, una cifra que el covid-19 podría superar fácilmente.

Sin embargo, un aire más limpio podría aliviar sus peores efectos. Un estudio del año 2003 comprobó que el SARS --la precedente pandemia causada por un coronavirus-- fue más letal en los sitios más contaminados. Esto se debe en parte a que la polución causa enfermedades que hacen a las personas más vulnerables.

La buena noticia es que «la inflamación de los pulmones causada por la polución remite rápidamente cuando uno no está expuesto a la contaminación, así que eso protege contra el virus», dice Nieuwenhuijsen. Sin embargo, si se fuma en casa en la cuarentena, este efecto desaparece.

Greenpeace observa que limitar los automóviles es suficiente para despejar la atmósfera muy rápidamente, aunque la calefacción y el transporte público sigan en marcha, y reclama mantener limitaciones después del confinamiento. «No se trata de encerrarse en casa para siempre, sino de pasarse a caminar, a la bicicleta y al transporte público», concluye Nieuwenhuijsen.