La buena práctica médica está ligada a la evidencia científica». Así de tajante y contundente se mostró ayer la consellera Carmen Montón, apuntando esta máxima para explicar por qué Sanidad ha enviado una instrucción a todos sus centros de salud en la que recuerda que la homeopatía y otras prácticas como la osteopatía, el quiromasaje, el reiki o la terapia florar están fuera de los servicios ofertados por el Sistema Nacional de Salud y que, por lo tanto, está prohibido su desarrollo.

De hecho, la misiva advierte también que no se puede hacer promoción de estas «pseudociencias». En el caso de la homeopatía, la guerra es más abierta y le ha remitido una carta a Dolors Montserrat, ministra de Salud, para pedirle que le retire el reconocimiento como medicamento que el gobierno de Mariano Rajoy le otorgó en EL 2015. Una petición que deja a la Comunitat Valenciana como la primera autonomía en exigir categóricamente que deje de ser considerada como un fármaco.

En ese sentido, la propia Carmen Montón subrayó que la administración debe «diferenciar claramente entre los productos que cuentan con un respaldo de medicina basada en la evidencia respecto a todos aquellos productos y prácticas que no han demostrado su eficacia» y apuntó que no se puede sustituir tratamiento contrastados por otros «que en algunos casos puedan aportar bienestar físico o emocional».

El documento, que los centros deben hacer llegar a todo el personal sanitario, advierte de que se están introduciendo «prácticas sin evidencia científica, que no curan y generan confusión». Y para aclarar a qué disciplinas se refiere se remite al catálogo de pseudociencias del ministerio, que incluye la medicina tradicional china, la acupuntura, el shiatsu, el yoga o la meditación.

RÁPIDA REACCIÓN // Una vez trascendieron las palabras de la consellera, la respuesta de la Asamblea Nacional de Homeopatía no se hizo esperar. Así, el portavoz del colectivo, Gonzalo Fernández Quiroga, salió al paso de las declaraciones de Montón y aseguró que los homeópatas sí son profesionales sanitarios, puesto que «los miembros de la asociación han estudiado en las mismas facultades de Medicina que sus compañeros y se han formado en homeopatía». Y recordó que, pese a los agravios de la consellera, este tipo de fármacos son medicamentos, «como indica el artículo 50 del real decreto legislativo 1/2015, de 24 de julio».