El Gobierno ratificó ayer en su Consejo de Ministros extraordinario elevar un grado más el confinamiento en España y dar una vuelta más de tuerca sobre las restricciones a la actividad económica. A partir de hoy y hasta el 9 de abril solo podrán operar aquellos sectores calificados como esenciales para mantener la cadena de suministros alimentarios y de productos y servicios básicos. El Ejecutivo decidió así «anticipar la Semana Santa», laboralmente hablando, según la metáfora que utilizó la ministra portavoz del Gobierno, María Jesús Montero, tras la reunión de ministros. Una economía prácticamente en «hibernación», con el objetivo de contener la propagación del coronavirus y no tensionar más la estructura sanitaria del país.

«No valen los esquemas o los abordajes estáticos», afirmó Montero durante su comparecencia, justificando así la decisión ratificada ayer y que el Gobierno se había resistido a tomar hasta ahora.

CONSTRUCCIÓN E INDUSTRIA // Sectores enteros como la construcción deberán interrumpir temporalmente su actividad. Otros, como la industria se reservarán exclusivamente para aquellas operaciones directamente vinculadas a proveer de suministros contra la crisis sanitaria. El sector servicios experimentará una afectación desigual; muy enfriado ya su funcionamiento por anteriores decretos. Quienes podrán seguir operando con normalidad serán aquellas empresas que tengan capacidad para teletrabajar; que no tendrán que mandar a casa a sus empleados con permiso retribuido, ya que podrán seguir trabajando desde casa, como hacían desde el principio del confinamiento decretado.

«Tenemos que dar un paso más» para «ganar tiempo para que nuestro sistema sanitario siga atendiendo a todas las personas», afirmó Montero. La pretensión del Gobierno es equiparar el movimiento de personas al de un día de fin de semana de confinamiento. Es por ello que actividades como la metalurgia, la fabricación de muebles, parte de la industria química o textil o una importante proporción de los servicios administrativos y auxiliares deberán echar el cierre desde hoy y hasta el 9 de abril, ambos incluidos. Gran parte de estas actividades, además de las directamente clausuradas por restricciones previas como los hoteles o los locales de espectáculos, ya habían mandado a más de dos millones de trabajadores a sus casas mediante expedientes de regulación de empleo (ERTE).

PUBLICADO YA EN EL BOE / El texto que se publicó al cierre de esta edición en el Boletín Oficial del Estado (BOE) contenía la última palabra sobre cuáles son las actividades esenciales que podrán operar y cuáles no.

No obstante, y siempre subordinado a esa letra pequeña, uno de los últimos borradores de ese real decreto al que ha tenido acceso este diario detalla algunos de los colectivos que podrán seguir operando. Las trabajadoras del hogar, las cuidadoras o los servicios financieros o jurídicos podrán continuar en marcha. También todas aquellas que ya habían sido calificadas como tal en anteriores decretos, como las vitales para asegurar la cadena alimenticia y de productos sanitarios o farmacia.

SIGUEN LOS ERTE / Toda actividad que no sea esta y entre dentro de las tipificaciones consideradas como no esenciales por el Gobierno deberá quedar paralizada hasta el 9 de abril y los trabajadores afectados por dicha interrupción serán mandados a casa con un permiso retribuido. Las restricciones aprobadas este domingo en Consejo de Ministros no son incompatibles con la vía de los expedientes de regulación temporal de empleo (ERTE). Es decir, aquellas empresas que no puedan afrontar los 15 días de permiso retribuido obligado y reúnan las condiciones para presentar un expediente de suspensión podrán hacerlo.

FUERZA MAYOR / Es más, la medida del Gobierno aumenta los supuestos de causa de fuerza mayor para acreditar un ERTE, pues, al limitar por decisión gubernamental nuevas actividades, permite a nuevas empresas acogerse a dicho mecanismo. Lo que les habilita a dejar de pagar entre el 75% y el 100% de las cotizaciones sociales de sus trabajadores mientras dure el mismo y a sus trabajadores cobrar la prestación por desempleo.

El mecanismo habilitado del permiso retribuido recuperable habilita una alternativa para aquellas empresas que no quieran optar por el ERTE para reorganizar sus plantillas mediante esta vía. Y llega con unas oficinas públicas de empleo desbordadas por el aluvión sin precedentes de estos expedientes, según ha reconocido estos últimos días la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz. La obligatoriedad de los permisos retribuidos no afectará a las compañías con un ERTE, así como los trabajadores que estén de baja, permiso o excedencia.