Hasta el 11% de los casos nuevos de asma infantil podrían ser prevenidos cada año si los países europeos cumplieran con las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS). La contaminación atmosférica causa el 33% de los casos de asma infantil, pero estos se evitarían también si se aumentara el actual límite de partículas en suspensión de menos de 2,5 micras (PM2,5) hasta el nivel más bajo registrado. Estas son las conclusiones de un estudio del Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal) publicado en el European Respiratory Journal en el que se han estudiado 17 países europeos, entre ellos España.

Según ha informado ISGlobal, el asma es la enfermedad crónica más común en la infancia y existe evidencia emergente que sugiere que la exposición a la contaminación atmosférica podría aumentar el riesgo de desarrollar esta enfermedad respiratoria en la infancia. El 64% de los casos están en las ciudades. Estas estimaciones se encuentran en la misma línea que las de dos estudios anteriores llevados a cabo en el Reino Unido, que concluyeron que el 22% de los casos de asma pediátrica se podrían atribuir a la contaminación atmosférica.

Haneen Khreis, primera autora del estudio, considera que este nuevo análisis es «una llamada a la acción urgente, en gran medida, estos impactos en la salud se pueden prevenir y existen numerosas intervenciones que pueden reducir los niveles ambientales de contaminación del aire y la exposición de niños. Podemos y debemos hacer alguna cosa».