En España se puede parir en casa. De forma privada, fuera del sistema público y por un importe que oscila entre los 2.000 y los 4.000 euros. Respaldados por la evidencia científica, pediatras y matronas no lo recomiendan debido al riesgo que conlleva. En un paritorio no suele pasar nada. Pero cuando pasa hay que correr, y mucho. A pesar de que los hospitales han adoptado protocolos específicos para los partos, el coronavirus y el miedo a contagiarse ha provocado que la demanda para dar a luz en casa se haya incrementado en el estado de alarma.

Las embarazadas han visto cómo se han reducido sus citas en el centro de salud a las mínimas necesarias y muchas han tenido que optar, por ejemplo, por clases virtuales de preparación al parto. Todo ello ha motivado que algunas futuras mamás se interesen por la opción casera, que está lejos de ser una opción segura y, además, solo es factible para las gestaciones de bajo riesgo.

La presidenta de la Federación de Asociaciones de Matronas de España (Fame), María Jesús Domínguez, advierte de que las parturientas han tenido «sensación de peligro e inseguridad» por el hecho de asistir a hospitales y centros sanitarios por miedo al contagio. «Hemos tenido falta de matronas», explica, algo que se ha traducido en nuevas medidas, como las altas precoces a las madres si la salud lo permite.