Ángel Hernández durmió el jueves en su casa, tras quedar en libertad con cargos por ayudar a morir a su pareja, María José Carrasco, que sufría, en estado muy avanzado, escleroris múltiple. Tras pasar 24 horas en el calabozo, convocó este viernes a los medios de comunicación para seguir luchando porque en España se regule, de una vez por todas, la eutanasia. Su gesto, que grabó en vídeo, a cara descubierta, para dar más fuerza a la lucha por el suicidio asistido, ha reabierto el debate, en plena precampaña. La izquierda ha reiterado que quiere convertir a España en el noveno país del mundo que despenalice la ayuda médica a morir, pero en el terreno de la derecha hay muchas más dudas. El PP se opone abiertamente, pero Ciudadanos, su posible socio si los números dan para la conformación de un gobierno bipartito habrá que ver si Vox de apoyo externo o no, como en Andalucía-, podría tener en sus manos intentar empujar a Pablo Casado hacia una posición más tolerante.

De hecho, visto la demanda social pro eutanasia y el sufrimiento de los enfermos completamente dependientes que quieren morir, Albert Rivera ha pedido al PP que reconsidere su postura con respecto la eutanasia y se ha comprometido a impulsar, como una medida prioritaria, una ley reguladora garantista y con consenso, sumando a otros partidos, si consigue llegar a La Moncloa. Si el PP se enroca, Ciudadanos podría apoyar la proposición de ley que el PSOE ya ha anunciado que registrará de nuevo, esté o no en el Gobierno, y no obstaculizarla, como ha hecho en la legislatura que acaba, para intentar que el PSOE apoyara incluir sanciones en su ley a favor de la muerte digna, que generaliza los cuidados paliativos.

A la derecha del PP, que sí apoya la sedación y otros remedios para los enfermos terminales, Vox también se opone a la eutanasia y la Conferencia Episcopal dejó este viernes claro que la muerte provocada no es la solución a los conflictos de la sociedad.

LOS MENSAJES DE ÁNGEL

En este escenario, Ángel Hernández pidió este viernes a unos y otros que dejen de lanzar mensajes sobre lo valiente que ha sido, y de una vez por todas aprueben la despenalización, por el sufrimiento que está padeciendo mucha gente, como padecía María José.

Ante los medios de comunicación, reconoció que tomar la decisión de ayudarla a morir fue terrible pero defendió este acto como un gesto de solidaridad porque ella no podía y él tuvo que prestarle sus manos. No tengo miedo, estoy tranquilo porque mi mujer ha dejado de sufrir, que es lo importante, señaló en referencia a su imputación por un delito de colaboración al suicidio, que está castigado con penas de dos a diez años de prisión, aunque se prevé una rebaja si hay petición expresa de la víctima y esta padece una enfermedad grave, como era el caso de María José, que no se podía valer por sí misma.

LOS FISCALES PROGRESISTAS SUMAN

De hecho, Ángel ha explicado que ya no respondía a la morfina y los médicos querían cambiarla de medicamentos pero el dijo basta: Ya no puede ser que siga sufriendo, una actitud que coincidía con el deseo de María José de acabar con su vida, como señaló ante varios medios de comunicación hace ya algunos meses, con intención de que los partidos agilizaran la ley de eutanasia.

En este escenario, la Unión Progresista de Fiscales pidió al Gobierno que surja de las elecciones que elabore una ley que regule el suicidio asistido, porque el poder legislativo no puede seguir ignorando la voluntad popular. También la Asociación en Defensa de la Sanidad Pública, donde hay varios doctores, urgió a que se apruebe una regulación. Si bien, los representantes de los médicos se oponen.