Si una persona respira aire contaminado durante largos periodos de tiempo está exponiendo sus pulmones a un daño equivalente al que causa fumar un paquete de cigarrillos diario. Esta inédita comparación, aunque pueda resultar desalentadora, surge de una investigación publicada en la revista científica Jama y en la que analiza el efecto que provoca sobre el sistema respiratorio la exposición a largo plazo al ozono atmosférico. El análisis desvela que una elevada presencia de este gas contaminante acelera de manera alarmante la progresión del enfisema pulmonar, una enfermedad obstructiva crónica que hasta ahora se asociaba como uno de los efectos colaterales del hábito de fumar.

Este nuevo estudio se basa en la recopilación de 18 años de datos sobre la evolución de los contaminantes ambientales en grandes metrópolis norteamericanas y en los resultados de escáneres pulmonares de más de 7.000 pacientes de EEUU.

Enfermedad crónica

En las ciudades con mayores niveles de ozono atmosférico, con un promedio anual de entre 10 y 25 ppb (partes por mil millones), también destaca un aumento de los diagnósticos de enfisemas pulmonares y muertes por esta enfermedad crónica.

«Las tasas de enfermedad pulmonar crónica en Estados Unidos está aumentando y se diagnostica cada vez más en pacientes no fumadores», asegura Joel Kaufman, profesor de Medicina Interna, Salud Ocupacional y Epidemiología de la Universidad de Washington y autor del reciente estudio. «Estamos intentando entender a qué se debe el aumento de esta enfermedad crónica y parece que la exposición a la contaminación del aire puede ser un factor importante», añade el experto.

Esta no es la primera vez que una investigación relaciona la contaminación ambiental con el aumento de enfermedades pulmonares y cardiacas. De hecho, cada vez son más los especialistas que sitúan en el mismo nivel algunas de las sustancias que se reconocen como un riesgo para la salud, como es el caso del humo del tabaco, con los contaminantes ambientales.

A más calor, más ozono

El estudio del impacto de la contaminación sobre la salud arroja conclusiones cada vez más alarmantes. De ahí que los investigadores reclamen de forma perentoria la aplicación de medidas contundentes para acabar con el problema antes de que el diagnóstico empeore.

El actual pronóstico prevé que, a medida que las temperaturas vayan aumentando por efecto del cambio climático, también lo harán los niveles de ozono, que se producen cuando la luz ultravioleta reacciona con los contaminantes de los combustibles fósiles. Y, a partir de ahí, lo harán asimismo las enfermedades pulmonares.