La cueva cántabra de Coventosa, en el municipio de Arredondo, donde se busca desde anoche a tres espeleólogas catalanas que no salieron a la hora prevista, es "de grandes dimensiones y difícil recorrido", ya que requiere desplazamientos en horizontal y vertical también por su interior, lo que supone una "combinación de actividad bastante explosiva".

Son palabras de Jaime Navedo, guía de la zona que conoce la cavidad, a la que también se puede acceder por un pozo en la otra entrada, la de Cueto, y que está compuesta por una red interna de galerías que suman 35 kilómetros.

AMPLIO HISTORIAL DE ACCIDENTES

La cueva reúne "todas las dificultades técnicas", según fuentes de la Fundación de Espeleosocorro Cántabro, y acumula un amplio historial de accidentes y rescates. Las espeleólogas entraron en la cavidad, de 6,7 kilómetros de longitud, el sábado y tenían previsto concluir el recorrido este domingo.

La gruta tiene un desnivel de 685 metros y la profundidad máxima alcanza los 815. El tiempo óptimo para entrar y salir de ella oscila entre 16 y 24 horas, aunque la duración puede aumentar en función de los descansos realizados.

Una cueva caracterizada por su dureza y dificultad, algo en lo que coincide el alcalde de Arredondo, Leoncio Carrasco, quien ha destacado que hay que estar "muy bien preparado físicamente" para recorrerla.

También lo acreditan los numerosos rescates realizados en Cueto-Coventosa o los accidentes como el que costó la vida a un espeleólogo británico Julien Vahan Smith, de 27 años, en 1991.

Un informe del 2016 detalla 24 rescates desde 1985 a ese año. El año más trágico fue 1991, con el especialista británico fallecido por hidrocución (un corte de digestión) y otros dos heridos (un madrileño y un catalán) por caídas.

El informe señala que la mayor parte de los rescates se ha realizado por retrasos en las expediciones, casi todos por agotamiento o crecidas de agua.

Entre los rescates destaca el de nueve espeleólogos catalanes y valencianos que fueron auxiliados en el 2012 tras permanecer 30 horas en el interior de la gruta al producirse una subida del agua en el interior.

"SE HAN PODIDO PERDER"

Jaime Navedo, experto que trabaja para una empresa ubicada al otro lado del Valle del Asón, ha llamado a ser "realistas" y, además, "optimistas", y pensar en un "posible extravío", ya que las tres mujeres "se han podido perder".

Una idea que refuerza el hecho de que el segundo equipo de rescatadores, el que accedió por Cueto, aún no haya salido, después de que el que entró por Coventosa regresara a primera hora de la mañana sin noticias.

Los dos grupos de efectivos comenzaron la búsqueda pasada la una de la madrugada, y estaba previsto que el último en salir lo hiciera hacia las doce del mediodía o una de la tarde, si volvían solos, con o sin información. El hecho de que estén tardando hace pensar que puedan estar de regreso con las espeleólogas.

Así las cosas, por ahora y no hay "datos" todavía, "lo único que queda es esperar y que las puedan sacar lo antes posible", ha expresado Navedo, que cree que el hecho de que no haya noticias es una buena noticia en sí misma.

POZO VERTICAL DE MÁS DE 300 METROS

Ha apuntado al respecto la posibilidad de que el equipo que entró por Cueto haya encontrado a las mujeres y trate de sacarlas por Coventosa, pues es menos "complicado" que por la otra boca, donde hay un pozo vertical de más de 300 metros.

Ha señalado que "lo normal" para realizar una actividad de la "envergadura grande" de recorrer Coventosa es hacerlo con equipos propios y no depender de otros externos.

En declaraciones a los medios, ha indicado que quienes entran en Coventosa deben tener "cierta preparación" y "experiencia". En este sentido, se ha referido al dicho que se comenta siempre en Cantabria de que el que "realmente" es espeleólogo lo es porque es "capaz" de recorrer esta gruta.

SIN EQUIPO PARA DORMIR

A preguntas de los medios, el guía ha confirmado que las tres mujeres no llevaban equipo para dormir, pese a que "todo espeleólogo experimentado" debería llevar un 'punto caliente' en su saca, compuesto por una manta térmica y velas.

Al hilo, y en el supuesto de que se hubieran perdido y portasen ese equipo, ha señalado que "por sentido común" deberían apagar la iluminación que portasen, activar el citado punto caliente, taparse y dormir mientras esperan a ser rescatadas.