La Unión Europea (UE) está empeñada en que la Cumbre del Clima de Madrid haga un llamamiento «firme» a que los países redoblen sus esfuerzos en la reducción de emisiones de CO2 a partir del 2020. No se conformará con menos. Así lo expresaron ayer por la mañana los negociadores europeos en público y así lo reiteraron en las reuniones mantenidas durante toda la jornada sin lograr un solo avance. Europa considera que ha hecho los deberes con su Pacto Verde que prevé ampliar la reducción de emisiones hasta el 50% o el 55% en el 2030 y con la apuesta por la neutralidad en el 2050 de todos sus miembros, salvo Polonia. Cualquier resolución descafeinada sería, bajo su punto de vista, un fracaso.

Aunque es verdad que la oposición de China, India, Brasil y Australia también ha sido firme, algunas fuentes europeas empiezan a culpar más a la presidencia chilena de la cumbre por no saber manejar las negociaciones. La COP25 podría convertirse en la más larga de la historia. Anoche, llevaba 24 horas de prórroga y era posible que se alargara otro día más. La clausura de este tipo de citas nunca había pasado hasta ahora de la madrugada del domingo y siempre porque los temas que se han tratado son de calado. Ahora, solo se trata de adoptar una declaración y dejar cuando menos encarrilado el último fleco pendiente de los Acuerdos de París, la creación de los mercados de carbono.

A primera hora de la mañana la presidencia chilena difundió dos borradores de acuerdos que fueron rechazados y el resto del día no fue capaz de armar ningún otro pese a haberlos anunciado reiteradamente. El borrador de declaración final se limitaba a animar a los países a lograr que las temperatura no alcance los 2ºC y, si es posible, el 1,5ºC.

La UE consideró el texto «insuficiente», al no recoger que la mayor ambición en los recortes de CO2 debe concretarse en los planes que los países han de presentar el año próximo. Las organizaciones ecologistas, por su parte, calificaron la propuesta de «decepcionante» e «inaceptable».

Para China, India y los países africanos donde se queda corto es en la llamada a incrementar otro tipo de ambición climática, un término que debe aludir al aumento de financiación.

Dando por buena esa doble acepción de la ambición, el negociador de la presidencia chilena, Andrés Landerretche, se comprometió a presentar un nuevo borrador de declaración final que la amplíe en todos los terrenos, pero al cierre de esta edición aún no lo había hecho.

Más atascado todavía estaba el debate sobre la creación de los mercados de carbono. Su borrador, difundido poco después de las 9 de la mañana, cosechó duras críticas por contener incluso elementos contradictorios. El mercado de carbono permitiría a los países que no alcanzaran sus objetivos de reducción de emisiones comprar derechos a los que les sobraran.