La comitiva judicial, los forenses del Instituto de Medicina Legal y Ciencias Forenses de Cataluña y los empleados de una funeraria, con un ataúd y una camilla, entraron a las 8.15 horas de ayer por la puerta del Teatre-Museu Salvador Dalí de Figueres (Girona) para iniciar el proceso de exhumación del cadáver del pintor, ante la mirada de la directora de los museos Dalí, Montse Aguer, y de la alcaldesa de Figueres, Marta Felip, que les aguardaban desde hacía media hora en la puerta, al igual que varios centenares de periodistas y curiosos.

Los trabajos para obtener muestras de tejido que permitan extraer ADN y realizar las pruebas de paternidad de Pilar Abel, la vecina de Figueres que asegura ser hija de Dalí, estaba previsto que duraran toda la noche.

Poco antes llegaron al museo los técnicos que debían levantar la losa de una tonelada y media e izar de su fosa el ataúd en el que reposan los restos embalsamados del pintor, y los operarios que instalaron una carpa para ocultar los trabajos incluso de la vista de un potencial dron que sobrevolase la cúpula de cristal que cubre el escenario bajo el cual yacía hasta ayer el cuerpo de Dalí.

La operación empezó después de las 20.00 horas para permitir que el museo mantuviese su actividad normal. Hoy viernes se debía reemprender a las 9 de la mañana, cuando los trabajos deben haber acabado y Dalí debería volver a estar en su tumba.