El consumo excesivo de alcohol está en el origen de más de 200 enfermedades y por primera vez un equipo de investigadores ha comprobado que los daños inducidos por ese consumo no se detienen al dejar de beber.

Los investigadores han constatado que el consumo excesivo de alcohol produce una alteración generalizada en la sustancia blanca del cerebro (las autopistas que conectan las diferentes partes del cerebro) que afecta sobre todo a las estructuras relacionadas con la comunicación entre los dos hemisferios, a la toma de decisiones y a la memoria.

El estudio, cuyas conclusiones publica la revista Jama Psychiatry, lo han llevado a cabo investigadores del Instituto de Neurociencias de Alicante (un centro mixto de la Universidad Miguel Hernández y el CSIC) y el Instituto Central de Salud Mental de la Universidad de Heidelberg (Alemania).

Además de estar en el origen de más de 200 enfermedades, el consumo excesivo de alcohol provoca más de tres millones de muertes al año en el mundo, por lo que la detección temprana de sus efectos negativos es prioritario para los neurocientíficos. El alcohol causa una de cada 20 muertes en el mundo, según la OMS.

En el estudio han participado 91 pacientes hospitalizados en Alemania a causa de un transtorno por consumo de alcohol, y se ha completado con un modelo de ratas que ha demostrado una preferencia natural por el alcohol, explica la neurocientífica Silvia de Santis, del Instituto de Neurociencias de Alicante. Todos los pacientes que han participado en la investigación padecen enfermedades psiquiátricas asociadas al consumo de alcohol.